“No soy conspiracionista . Hay conspiraciones, pero también hay una tendencia de la gente fuera de los Estados Unidos a atribuirle grandes poderes y grandes cálculos a todo lo que el país hace”.
“Soy más de la teoría de la chapucería que del mundo James Bond. Nos imaginamos que estados como Israel, los estadounidenses o los británicos, lo tienen todo muy bien pensado. Resulta que no, resulta que hacen unas cagadas tremendas”
Jon Lee Anderson sabe de lo que habla, el periodista y cronista estadounidense, al que algunas voces han llamado el heredero de Ryzsard Kapuscinski, se ha especializado en las guerras posteriores desatadas después del atentado del once de septiembre de hace catorce años.
Dice que lo que podemos ver a trece años de iniciada la invasión del Ejército estadounidense en Medio Oriente es que si “Estado Unidos tenía una agenda oculta para invadir Irak, no lo hizo bien”.
“Que invadieron Irak para el Petróleo, que no se qué y no sé cuándo. No es así, en los motivos no solo estaba ese”
“Las armas de destrucción masiva no se encontraron y hemos visto como los mandatarios que libraron esa guerra han ido disculpándose. Como el británico Tony Blair hace unos días, quien pidió perdón por la inteligencia errónea que llevó a la guerra”.
“Sabemos que se equivocaron, George W. Bush, Blair y los presidentes que los respaldaron. Alrededor de ellos había consejeros de la ideología mas globalista y que buscaron resultados políticos, económicos y la expansión de un modelo más neoconservador”
Anderson dice que Bush, Blair y compañía “frankensteinizaron” lugares como Irak y Afganistán. Abriendo la caja de Pandora. “Y lo que nos han dado es el infierno. Ellos no lo esperaban”.
“Presumen de hacerlo todo bien y mantienen una insistencia de estar actuando durante tanto tiempo bajo principios elevados, que difícilmente aceptaran sus errores”.
Durante la conferencia de prensa suscitada durante la reciente Feria Internacional del Libro de Oaxaca, Lee recuerda que la Guerra Fría entre su país y la antigua Unión Soviética duro cincuenta años, polarizó al mundo y le ocultó las realidades de grandes extensiones de tierra en el planeta, encapsuladas en contiendas en blanco y negro.
“Hasta bien avanzados los ochentas el mundo estaba dividido en dos y lo demás no importaba y esa Guerra Fría no dejó ver que en la URSS había 15 países, además de otros que se han producido después por la fragmentación de Yugoslavia”.
“¿Qué sabíamos de esas identidades soterradas bajo el sello de la URSS, desde los años veinte hasta los noventas? “
“¿Acaso sabíamos que bajo toda esa contienda había en el mundo musulmán extremismo y añoranzas de poder tan exacerbadas como las estamos viendo hoy en día? No, lo veíamos todo a través del punto de vista de los historiadores colonialistas que hablaban por las poblaciones indígenas o autóctonas de esos países”.
“¿Acaso los ingleses calculaban que al formar un país musulmán y un país hindú, como hicieron con Pakistán e India, se iban a producir diez millones de muertos y asesinados en cuestión de meses en la famosa Partición de 1948?”
Anderson considera que, lo que los poderes facticos del orden mundial han estado haciendo desde la Segunda Guerra mundial es abriendo cajas de pandora sin saber realmente lo que están haciendo.
“Pero hoy casi todas esa cajas de pandora están abiertas y lo demonios andan sueltos”.
El periodista está en la FILO para presentar su libro -Crónicas de un país que ya no existe. Libia, de Gadafi al colapso. Y sobre este país recuerda que sus jóvenes después de 42 años de ser ciudadanos de un dictador (Muamar Gadafi) que les dejaba hacer muy pocas cosas, las cosas terminaron por pintarles peor una vez que lo cercaron, lincharon y redujeron a la nada.
“Lo único que sabían estos chicos después del asesinato de Gadafi, era que eran dueños de la calle. Pero después se dieron cuenta de que no tenían Estado, no tenían país, no tenían nada. Y Y comenzaron rencillas milenarias entre las tribus y las sectas, con actores internacionales armándolas hasta los dientes, dando por resultado que lo que tenemos hoy en día en Libia es la hecatombe”.
“Hoy la fuerza impone la libertad de expresión” dice Lee sobre los límites de esta en la prensa a nivel mundial. “Tú no tienes que hacer mucho para amedrentar a un montón de gente “.
“Si se asesinan a los suficientes periodistas para amedrentar a los demás, hasta ahí llega la libertad de expresión , los demás se callan, se conforman e intentan sobrevivir”.
“Hoy en día en Rusia, con el asesinato selectivo de opositores al presidente Vladimir Putin (el cual ha sido declarado este años por la revista Forbes como el hombre más poderoso del planeta) que cualquier tarado puede ver que provienen del Estado, en el cual particularmente ha sido asesinadas muchas mujeres, ya no exist
e una prensa independiente”.
“Ha terminado la conversación en Rusia. Tú no tienes que hacer mucho para amedrentar a un montón de gente. Ya no se habla de manera crítica, hay solo un canal y es el oficial, con periódicos oficialistas o blogs vedados “.
“En América Latina no generalmente a periodistas de renombre. Manuel Buendía es un buen ejemplo en México El amedrentamiento ha sido sustituido por el soborno”.
“O Gobiernos que empiezan a cooptar a los medios bajo el argumento de que están bajo el manejo de grupos capitalistas de poder”.
Lee dice que el diario en el que trabaja, el New Yorker, tiene un solo dueño que no conoce y que no le impone mucho.
El Mercurio en Chile, sirvió a la CIA durante el derrocamiento de Salvador Allende. Pero hoy ha logrado salir adelante
“Ayuda que la sociedad chilena ha evolucionado y hecho las paces, castigando a perpetradores y asesinos de la dictadura de Augusto Pinochet. Durante la cual se mató a muchos periodistas, y sus asesinos están hoy en la cárcel, ¿cómo es que no podemos hacer eso en los países democráticos hoy en día?”
Lee, quien ha desarrollado una escuela sobre la forma de escribir perfiles periodísticos, de importantes personalidades mundiales como Fidel Castro, Gabriel García Márquez, Augusto Pinochet, Saddam Hussein, y Hugo Chávez, habla entonces sobre México y la teoría de sus gobiernos de que los miles de asesinados, desaparecidos y enterrados clandestinamente en este país desde principios de los dos miles hasta ahora han sido producto exclusivo de los buenos contra malos que supuestamente de la Guerra contra las drogas.
“Quieren que lo miremos todo como una contienda de trincheras”
“No se puede pelear contra sí mismo. Cuando se produce Ayotzinapa viene el shock. Hoy sabemos que ahí había la mano del estado no solamente de manera participativa, sino colaborativa con los tentáculos del hampa de este país”
“Una vez comprobado eso por lo menos se esperaría que el Estado lo iba a aceptar e iba a proceder sobre los errores. Pero no lo hizo porque así demostraría que hay una crisis en el poder, en un poder al que no le conviene desenmascarar la verdad y que lo vulnere la crítica”.
“Esto no va a parar, no va cambiar, se van a producir más incidentes de sangre. Pues no se puede cambiar la correlación fuerzas”.
Anderson comenta que esto está todavía más de manifiesto cuando estás en un estado en donde nunca se esclarecen los homicidios y las autoridades tienden a vilipendiar a las víctimas. “Haces los cálculos , y parece que hay una conexión”.
“Putin y sus cuatros amigos, en Rusia por ejemplo, cuando matan a uno de sus opositores siempre es culpa de la victima. Entonces, bajo este argumento, todos los periodistas que han sido asesinados en México serían chivatos del narcotráfico.
Hoy Lee mira en México una contienda inerte y neutralizada por la incapacidad del estado de no poder hacer nada abiertamente en contra del narcotráfico, además de que no posee la legitimidad social y nacional para imponer su fuerza.
Dice que en México hay guerrillas crónicas y endémicas de baja intensidad que han durado décadas. En lugares como Guerrero, Chiapas o ahora Michoacán, donde se suman caciquismos estatales que devienen en círculos viciosos.
Comenta que en Guerrero y Michoacán, con las economías negras a todo lo que da, guerrillas y narco se entremezclan y se vuelven una sola cosa. Así como el poder político que los intenta mantener a raya y combatír .
Finalmente, respecto al interés de su fallecido colega Ryzsard Kapuscinski por dar testimonio de las gestas libertarias como piedras de toque del devenir humano, Anderson alega que el también tiene interés en dichas gestas, pero aduce un pero.
“Podemos buscar en los últimos cien años y nos damos cuenta de que nunca llegan a cambiar las cosas. Estas gestas son interesantes por un tiempo y después se vuelven un exotismo mas en una región”.
