Gangster mexicano

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Mexican Gangster puede que sea la mayor y mejor apuesta hacia la obtención, por fin, de un verdadero cine de género en la historia del cine mexicano.

La biografía que del enemigo público de los ochentas, Alfredo Ríos Galeana, ha realizado José Manuel Cravioto es una cinta que no le pide nada en desenvolvimiento y clímax narrativo  a las mejores películas hollywoodenses de balazos y asaltos bancarios.

Tenoch Huerta en el papel titular encarna a una especie de Robin Hood  en tiempos del Santo,  a un policía de medio pelo que quiere vivir bien y que si se trata de robar un banco, mejor termina robando cuatro.

La representación de Galeana es la acostumbrada puesta en escena del antihéroe del pueblo, del rey del barrio al que le gusta cantar las rancheras enmascarado y se prenda de la mujer amada (una cumplidora Paola Núñez que siempre queda a deber) cual si se tratara de la catedral de sus sucursales bancarias.

La producción de Lemon Films, casa productora que por fin puede presumir que ha realizado ese cine comercial competitivo que estuvo prometiendo en sus anteriores películas, está muy bien lograda y la primera mitad de los mexicanos ochentas que nos propone este Charro misterioso (basados en el potente trabajo del cine fotógrafo  Tonatiuh Martínez y un imaginativo diseño de producción de Alejandro García y Bárbara Enríquez) son tan certeras que uno puede verse caminando en ellos.

El documentalista Cravioto refrenda su estatura de cuequero prometedor de sus primeros cortos (La caja de Yamasaki,2006) y le impone al filme una lograda estructura de thriller policiaco con narraciones en flashback que se desdoblan , se circundan y a veces hasta se hacen sombra.

El cineasta lleva su guion y su película a través de estructuras tradicionales  ya muy vistas pero adecuadamente desarrolladas, como el juego del  gato  y el ratón que se establece entre Galeana y el policía que tiene que atraparlo (Marco Pérez)

Reservado y en las antípodas que su contrincante, consciente de que solo la paciencia lo llevara a atrapar a un enemigo mucho más valiente y arrojado, pero no mucho más humilde.

El buenazo de Noé Hernández completa la valía del cuadro actoral como el sacrificado pero despiadado hombre de confianza del protagonista, además de Rocío Verdejo, la presencia femenina más interesante del  filme, a cuyo papel de reportera entrevistadora hubiera podido sacarle mucho mas jugo, de no haber sido tan episódico.

Vale mucho la pena este Gangster mexicano, aun cuando su nuevo título en ingles sea la sangroneria andando,  su retrato del inefable  e histórico Arturo El Negro Durazo sea de una timidez que da flojera y su nombre original de El más buscado haya estado en los primeros lugares de  los puestos  de películas piratas desde hace un año gracias a la encarnizada pelea que desatada entre los productores.

Este gangster mexicano tiene algo de lo que siempre han carecido sus intentos de antecesores, incluido los inmortales hermanos Almada: credibilidad.