#Socioformación: Alfabetización Funcional para afrontar la realidad social

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Por: Amira Azucena Cruz Ramírez

Alfabetización Funcional: preparación y competencias del ser humano para funciones sociales, cívicas y económicas

¡Bienvenidas y bienvenidos a esta entrega de martes de Socioformación!

¡Gracias por el valioso tiempo que prestan a su lectura y su generosidad al compartir el contenido!

Este día permítanme compartirles sobre Alfabetización Funcional -que si les resulta útil, me comprometo a complementar en siguientes entregas sobre alfabetismo digital (sí, “alfabetismo”, reciente reconocimiento e incorporación a la Lengua Española por la Real Academia Española: http://lema.rae.es/drae/?val=alfabetismo) y alfabetismo sobre los medios de comunicación.

Juan Jiménez Castillo señala en Redefinición del analfabetismo: El analfabetismo funcional (http://www.revistaeducacion.mec.es/re338/re338_17.pdf) que el término Analfabetismo Funcional fue acuñado en los años treinta en los Estados Unidos por The Civilian Conservator Corps, para indicar la incapacidad de ciertas personas de hacer frente a las exigencias de la vida diaria.

Siendo su competencia, el analfabetismo funcional fue retomado y analizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) cuyas prioridades son (http://www.unesco.org/new/es/unesco/about-us/who-we-are/introducing-unesco/):

o Lograr la educación de calidad para todas las personas y el aprendizaje a lo largo de toda la vida;

o Abordar los nuevos problemas éticos y sociales;

o Construir sociedades del conocimiento integradoras recurriendo a la información y la comunicación.

Así, el Congreso Mundial de Ministros de Educación para la erradicación del analfabetismo, celebrado en Teherán en 1965, asentó la Alfabetización Funcional como exigencia del ajuste de la educación a las necesidades de la modernización y el desarrollo, afirmándose la perspectiva de una Alfabetización Funcional inserta en las necesidades de las economías en expansión, criterio que asumió -y años más tardé reconsideró- la UNESCO al señalar en 1972 que el objetivo de la alfabetización funcional estaba determinado por la urgencia de movilizar, formar y educar a las personas que se empleaban como mano de obra aún subutilizada, para volverla más productiva, más útil a ella misma y a la sociedad.

Esta vinculación de la Alfabetización Funcional, a la producción y al desarrollo económico -nos explica Jiménez Castillo en Redefinición del analfabetismo- fue asumida por los gobiernos de economías avanzadas y especialmente por los de América Latina en las décadas de los cincuenta y sesenta, motivados por la creencia de que invertir en capital humano, en educación -educación como factor de productividad-, significaba automáticamente aumentar la producción, la rentabilidad económica y, consecuentemente, los niveles de vida de la población.

Pero los fracasos de las llamadas décadas del desarrollo, cuyos resultados fueron el mantenimiento de las desigualdades sociales, el desempleo y el aumento de la pobreza, hicieron que la definición de la UNESCO en su XX Conferencia General, celebrada en París el 27 de noviembre de 1978 cambiara y quedara establecida en el Libro Blanco de la Educación para Adultos (EA 1986, p.182) de la siguiente manera:

ο Analfabeta funcional es la persona que no puede emprender aquellas actividades en que la alfabetización es necesaria para la actuación eficaz en su grupo o comunidad y que le permitan, asimismo, seguir valiéndose de la lectura, la escritura y la aritmética al servicio de su propio desarrollo y del desarrollo de la comunidad.

Esta visión del conocimiento académico hacia el conocimiento de la realidad real y de lo social a lo comunitario que entraña la definición de analfabetismo funcional fue acogida por la IV Conferencia Internacional (París, 1985) y ampliada en la recomendación de adoptar el concepto cultural de alfabetización con la finalidad de elevar a la persona a un nivel competencial que le permita participar en el desarrollo de su sociedad en términos de competencias y medios necesarios para la «inserción profesional, para la vida social y familiar y para el ejercicio activo de la ciudadanía» (UNESCO, 1985, p.61).

A la par, la UNESCO definió los campos de ejercicio de esas competencias sobre la base del Derecho a Aprender (http://unesdoc.unesco.org/images/0015/001588/158893s.pdf).

Adiseshiah (1990, p. 16), Lowe (1978) y Wagner (1990) -continúa Juan Jiménez- interpretan la línea expuesta por la UNESCO, y comparten que:

ο La Alfabetización Funcional es la preparación del ser humano para una función social, cívica y económica.

En un análisis y apropiación etnocéntricos, G. Tohme (1990) realiza una distinción entre la persona analfabeta absoluta -procedente de sociedades en las que domina la tradición oral y por condiciones de su contexto, no sabe escribir ni leer- y la persona Analfabeta Funcional, que identifica y expone como la persona que sabe leer y escribir más o menos correctamente, pero sin extraer una comprensión suficiente para ejercer su espíritu crítico.

El estudio y propuesta sobre la Alfabetización Funcional -nos sigue contando Juan Jiménez Castillo- llevó a construir una Teoría General de la Competencia Funcional de la persona adulta, que de acuerdo con Kazemek, en 1985, (cit. por Flecha, 1990, p. 39) establece que la competencia adulta no solo incluye habilidades individuales, también los requisitos de la sociedad en un momento dado. Si cambian las demandas de la realidad, los requisitos para la competencia funcional cambian también.

Concluyamos entonces, amables lectoras y lectores de Socioformación, que la Alfabetización Funcional tiene que ver con las capacidades que las personas podemos construir para afrontar cada día las situaciones que se nos presentan en nuestro devenir social, desde hacer una resta al presupuesto por las compras del día, leer un fundamental letrero sobre desviación por construcción de obra pública, hasta las diversas formas de pago de nuestro recibo de luz o las varias posibilidades que existen para hacerle un depósito urgente a nuestros familiares que se encuentran en otras ciudades y por supuesto, el conocimiento y reflexión sobre la importancia de nuestra necesaria -indispensable- participación social para la transformación de nuestros contextos.

Si me permiten, en siguientes entregas concatenaremos la Alfabetización Funcional con la Alfabetización Digital y la Alfabetización sobre los medios de comunicación.

Estoy a su disposición para cualquier comentario. Les deseo lo mejor. ¡Alegría y éxito!

Sobre la autora:

Licenciada en Comunicación y egresada de la maestría en Mercadotecnia; Diplomada en Derecho de Acceso a la Información Pública, Transparencia y Rendición de Cuentas; Diplomada en Políticas Públicas con Perspectiva de Género.

Ha sido catedrática de Publicidad, Mercadotecnia, Marketing Político, Comunicación Política, Opinión Pública, Periodismo, Ética de la Información y Derecho de la Información (DI) en Instituciones de Educación Superior (IES) privadas de Oaxaca. @CruzAmira