Personas que son países: Susana Wald y Ludwig Zeller

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“Nos instalaron acá en calidad de víctimas, pero ya estamos acostumbrados”.

Susana Wald, húngara, argentina, con más de veinte años de vivir en Oaxaca, presenta dos tipos de represión, la política y la erótica.

De la primera prefiere no hablar, de la segunda considera que aquí a una persona desnuda ya se le considera erróneamente de facto, como la representación de lo erótico.

Wald conversa sobre la obra de su esposo, el poeta y artista visual chileno Ludwig Zeller, a quien una enfermedad degenerativa de origen psicomotriz lo mantendrá en silencio y observando durante toda la entrevista.

Zeller tendrá este sábado en Oaxaca una exposición de su obra y la presentación del libro Mujer en sueño y otros poemas, sobre eso Wald es capaz de deletrearle a un reportero como se escribe la palabra “collage” como si fuera un niño de prescolar que está tomando la materia de Recortes uno, sobre todo cuando siente que este ignora la complejidad de la obra gráfica del autor.

Se le pregunta entonces sobre el surrealismo, la corriente artística a la cual Zeller ha venido representando con más de cincuenta años de creación gráfica y poética

“El surrealismo goza de muy buena salud, aunque se le haya enterrado tantas veces. No ha muerto pero tiene enterradores en cantidades”.

Susana afirma seguir recibiendo todos los días muestras de arte surrealista de Portugal, Holanda e incluso México que la siguen sorprendiendo, cuenta que la corriente de Zeller nunca ha pretendido lo comercial, pues no es muy público.

“Todo lo contrario, ha combatido lo comercial vivamente. Es una especie de sociedad secreta que o es muy secreta, pero hay que saber buscarlo.”

Entonces ¿mientras más mal van las cosas para el mundo y las personas es más fácil que se de el surrealismo?

“No, el surrealismo no es una medicina, es un estado mental. Es un modo de vida que existe en los seres humanos. Es una línea de pensamiento, sobre todo en los más jóvenes”.

Wald comenta que los viejos traicionan o renuncian a ese impulso interior surrealista, y habla de cómo este encuentra sus orígenes en un pintor de hace varias centurias, el Bosco, quien con sus imágenes del paraíso o de los pecados capitales marcaba claramente que la realidad era más real cuanto más subvertida parecía.

“En una ocasión tuve que revisar 1300 carpetas de personas jóvenes que querían solicitar entrar a un curso de arte. El ochenta por ciento tenían un impulso surreal”.

“Pero ellos no saben eso, porque no entienden el surrealismo y esta es solo la manera natural en la cual ellos se expresan. Cuando eres menos dominado por la razón y los intereses, el surrealismo fluye con más facilidad”.

Wald define como una “masacre de libros antiguos” y con el “automatismo” como método de trabajo, lo referente a la obra gráfica de Zeller, quien realiza sus collages, con grafica muy antigua del siglo diecinueve, a la que desarma y recombina.

Cuenta también que habrá un libro único hecho por ella, que fue parte de una exposición de 1991 de la Feria del Libro de Guadalajara, donde Zeller fue el platillo fuerte, en una feria donde sus temas primero fueron las personas y luego fueron países.

“Aunque las personas también son países”.

La selección de la exposición fue hecha por una curadora chilena, Ximena Olguín, con collages sin fecha, que van desde los noventas, hasta el 2013.

“Imágenes sorprendentes que no tienen una repetición de nada. Sujetos a la casualidad. Como sus poemas, con cosas que caen o que se van sucediendo en su alma.”

Wald señala que aunque la obra de Zeller no es propiamente plástica, conoce mucho de composición y de espacio.

“Sus espacios negativos son siempre muy interesantes. No son aburridos, sugieren mucho y sorprenden.”

“Nunca, es metódico ni monótono, no hay ninguna monotonía en su obra, siempre son saltos mortales que le resultan.”

Susana acepta que la mujer es una constante en los poemas y collages de Zeller, pero también hay varones animales, maquinas, cosas irreconocibles.

Incluso hay un poema que Zeller dedicó a su esposa, y del cual ella considera que no hay mucho que tenga que ver, pues piensa que se basó más en una percepción romántica y generalizada de la figura de la mujer, a lo que Zeller sonríe por primera vez en la entrevista.

Alpha Collage, fuel el libro del artista que ganó premios internacionales y quedó entre los diez más publicados en los ochentas, y de cuyos collages originales Wald recuerda que se encuentran en el museo de la biblioteca nacional de Canadá (lugar donde los dos vivieron casi treinta años).

Sobre el libro a presentar, que incluye un par de poemas inéditos, la pintora (y también editora) habla sobre Almadia, su editorial.

“Empezó entre nosotros y ya le estamos quedando un poco chicos. con una exitosa política de expansión”.

Mujer en sueño y otros poemas tuvo como antologador a Oscar Javier Martínez, quien a juicio de Wald recrea su propio lenguaje con lo que omitió e incluyó en el libro.

Martínez participó en uno de los primeros talleres de poesía del autor y es conocedor de su obra desde hace más de veinte años. “Es la lectura de él, con un método divertidísimo con gancho. Así que si hay culpables ahí tenemos uno”.

Comenta Wald con una sonrisa, mientras Zeller va por el segundo vaso de agua de horchata de la tarde.

“Las antologías anteriores son simplemente inhallables, quien quiera descubrir las otredades va a tener un trabajo duro”.

Respecto a Oaxaca, su escena visual y su posible papel determinante en la obra de Zeller, Wald la mira al primer punto como efervescente, pero determinado por el hecho de que “hay una gran pobreza y una necesidad de comer que nos sucede tres veces al día”.

“Hay cosas muy comerciales, pero es lógico, sucede en todos los países”.

Sobre el segundo punto, Wald no concede ningún tipo de postal y cuenta que hay gente que le dice que su modo colorido de pintar es por Oaxaca, cuando ella ha pintado así toda su vida.

“Hay gente que piensa que cuando uno va a alguna parte, va a cambiar, pero lo que uno se lleva es a sí mismo, entonces lo que produce la obra es ese sí mismo”.

La inauguración de la obra de collages de Ludwig Zeller se realizará este sábado a las 12 de la tarde en la Galería Cuatro Siete, para posteriormente presentar su antología en el Foro Cultural de Proveedora Escolar, a las siete de la noche, contando con la presencia de Jorge Pech y Oscar Javier Martínez y la misma Susana Wald.

Por lo pronto, esta tarde, en la sala de su casa de San Andrés Huayapam, Susana y Zeller se miran uno al otro, y sonríen.