Maléfica…pero buena onda

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Después de cuatro años de no aparecer físicamente en una pantalla, Angelina Jolie regresa en Maléfica (EUA,2014). Puesta al día de la casa Disney de su clásico animado La bella durmiente (Clyde Geronomi, 1959) enfocada en esta ocasión en la bruja malvada que pone a la Bella a echar la siesta, que aquí ya no es tan malvada, ni tan bruja.

La Maléfica de Jolie y el especialista en efectos especiales convertido en director Robert Stromberg, es una pobre mujer a la que le cortaron las alas, una pobre chica que ya no cree en el amor verdadero, un demonio con cuernos cuyo rencor se deja sentir con llamaradas de verde pasión.

La película funciona a veces y es divertida en ocasiones…sólo si se va a la sala con la conciencia de que se verá un pastiche tipo El Señor de los anillos conoce a Lara Croft , tipo Lara Croft conoce a Yo no creo en los hombres, tipo Yo no creo en los hombres conoce al Teatro mágico de Cachirulo.

Elle Fanning, en su papel de la Bella que está condenada a ser muy bella, reír mucho y que una aguja le pinche el dedo, le da algo de ese contrapeso de frescura que la cinta tanto necesita frente a una Jolie que en ocasiones se pasa de acartonada con su juego de cejas a lo Pedro Armendáriz.

El trio de Hadas Madrinas (las veteranazas salidas de las mejores cintas de Mike Leigh, Imelda Staunton y Lesley Manville y la jovenzuela y a la que siempre le dan papeles de locochona, Juno Temple) parecen una cruza entre Viruta y Capulina, Los Tres Chiflados y Gandalf el gris. El sirviente-cuervo-dragón-Pepe Grillo del siempre limitado Sam Riley aporta su cuota de solidez en su ausencia de pretensiones

Las cuotas de complejidad las dan el sudafricano Sharlto Copley, en su papel de Rey enamorado-traidor-víctima-victimario, sus tétricos momentos de reflexión esquizofrénica son de lo más logrado de todo el conjunto, y la relación de madre-hija-verdugo que entre la Bella y Maléfica se da a la mitad del metraje.

Como blockbuster, Maléfica se deja ver. Aunque se espera que esta moda hollywoodense de reciclar los cuentos de hadas animados en películas de caballeros, brujas y dragones (Blancanieves y el Cazador, Espejito, espejito) de por lo menos en algún momento un resultado que verdaderamente valga la pena.