Oaxaca declara su soberanía educativa

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A lo largo de su historia como estado de la república, Oaxaca ha declarado seis veces su soberanía para romper relaciones con el centro político y separarse del concepto de república federal:

• En 1823 se declaró estado libre y soberano antes del reconocimiento constitucional.

• En 1843, en medio de las disputas entre federalistas y centralistas y la derogación de las Siete Leyes de 1836 y la aprobación de las Bases Orgánicas de 1843; el congreso de Oaxaca tomó la decisión de declarar su soberanía de la república el 28 de octubre y afirmar su federalismo al decretar la validez de la Constitución de 1824.

• En 1857 Oaxaca entró en una zona de lucha civil y fue decretada en estado de sitio el 10 de diciembre.

El 21 de diciembre, Oaxaca reasumió su soberanía con el interino de Juárez y se desconoció el Plan de Tacubaya de Félix María Zuloaga.

En enero de 1858 Porfirio Díaz recuperó la plaza de Oaxaca para los liberales y Oaxaca regresó al concierto federal.

• En 1871, la tercera reelección de Juárez provocó un conflicto político en Oaxaca por la influencia de Porfirio Díaz.

Ante el repudio de los oaxaqueños a la reelección de Juárez, el 8 de noviembre el estado volvió a desconocer al Gobierno federal y a decretar la asunción de su soberanía estatal fuera del ámbito federal.

El general Félix Díaz, hermano de Porfirio, fue declarado gobernador. En enero, el Gobierno federal envió tropas a Oaxaca para restaurar el dominio estatal, impuso nuevo gobernador y despidió a los empleados que colaboraban con el gobierno soberanista.

Porfirio Díaz se había rebelado con el Plan de la Noria de 1871 y Oaxaca quedó en medio de la lucha por el poder.

• Una de las declaraciones más conflictivas de la soberanía de Oaxaca fue la de 1915 porque duró hasta 1920.

Grupos contrarrevolucionarios se oponen a la propuesta constitucionalista de Venustiano Carranza, arrestan a Jesús Carranza y lo fusilan.

Durante cinco años, Oaxaca regresa a los postulados de la Constitución de 1857 y se separa políticamente de la federación; Carranza nombra autoridades paralelas a las existentes.

La queja de Oaxaca fue contra jefes militares revolucionarios que entraban, salían y cruzaban el estado violando la soberanía; de entre ellos, destacaba Jesús Carranza en el Istmo como el hombre fuerte.

El presidente Obregón tomó cartas en el asunto y combatió con fiereza a los soberanistas hasta derrotarlos; varios generales fueron rescatados por Obregón para imponerlos en el juego político y de poder de 1920 a 1928.

En 1921 el gobernador legal expidió la Constitución local correspondiente a la federal de 1917.

• Aunque con menos carga histórica, en el 2006, tomado el centro histórico de la ciudad capital de Oaxaca por la Alianza Popular del Pueblo de Oaxaca y la Sección XXII de Maestros y con la bandera de disolver el Gobierno constitucional estatal y decretar un gobierno popular, autogestionario y en rebeldía, en los hechos Oaxaca decretó su soberanía porque desconoció a las autoridades federales y a las instituciones del Estado en los tres niveles.

Viene la séptima declaración de soberanía.

El gobernador constitucional Gabino Cué Monteagudo ha informado que en Oaxaca no se aplicará la Constitución vigente en la parte de la reforma educativa aprobada por dos terceras partes de la cámara federal de diputados, el senado y de los congresos estatales y Oaxaca redactará su propia ley de educación al margen de la concepción federal.

El problema es mayor no sólo por la declaración de rebeldía educativa del gobernador en materia de cumplimiento a la Constitución federal –que, por lo demás, juró cumplir y hacer cumplir– sino en el hecho de que la decisión de Cué de renegar de la política educativa constitucional y entregarle la política educativa estatal al enfoque ideológico, político e insurreccional de la XXII rompe la estabilidad política federal y fortalece la sedición magisterial acotada por la reforma.

Por lo demás, la declaración de soberanía educativa del gobernador Cué tiene un aroma a separatismo por los objetivos autogestionarios de la XXII que no pudo tomar por asalto el poder estatal en el 2006 y ahora le es cedido por el gobernador.

Y la clave por resolver es la alianza López Obrador-Cué que reforzaría el poder político e insurreccional de la Sección XXII de maestros.

Por tanto, el gobernador Cué ha colocado a Oaxaca como un asunto de soberanía del Estado, de régimen constitucional y de seguridad nacional.

RED POLÍTICA DE GABINO CUE

Con cuarenta y ocho años de edad, incorporado al gobierno estatal a los veintiocho años de edad y con apenas veinte años como funcionario público, el gobernador oaxaqueño Gabino Cué Monteagudo pertenece a una red de poder político directo de sólo tres conexiones: Primero entró en la administración pública de la mano de Diódoro Carrasco Altamirano –un cacique político oaxaqueño que se hizo en el PRI con Luis Echeverría y luego pasó al grupo de los Salinas de Gortari y ahora está en el PAN donde fue derrotado en las urnas en el 2012 al competir por una senaduría– y ascendió en la élite política como parte de ese grupo hasta llegar a la gubernatura de Oaxaca en 2010.

Y luego se salió del PRI, se alió como senador al Partido Movimiento Ciudadano –un desprendimiento del PRI vía Dante Delgado Rannauro–, en el 2004 hizo una alianza política –tercera conexión– con la Sección XXII de maestros, la reforzó en la crisis del 2004 y la convirtió en compromiso de dependencia en la elección estatal del 2010.

Los tres hilos de dependencia –Carrasco, PMC y XXII– lo hicieron candidato a gobernador de la alianza de PAN-PRD-MC-PT en el 2010 y ganó por una diferencia de 8.2 puntos porcentuales sobre el PRI.

La crisis en Oaxaca de 2006 fue la acumulación de rupturas en las élites.

En 1971, a raíz de la renuncia forzada del gobernador Manuel Zárate Aquino por conflictos entre los grupos, se fundó el Grupo Oaxaca que aglutinó a los jefes de los principales grupos.

El pacto fue repartirse el poder entre todos para evitar marginaciones que derivaran en nuevas crisis.

El acuerdo se cumplió hasta 1992 en que el gobernador saliente Heladio Ramírez López tomó dos decisiones de ruptura: Impuso a Carrasco como candidato a gobernador por decisión de Carlos y Raúl Salinas de Gortari y en 1993 firmó una minuta con la XXII para cederle a la sección sindical una coparticipación en la definición de las políticas educativas.

Carrasco impuso a su grupo pero la sucesión de 1998 le fue arrancada por el precandidato José Murat, de otro grupo, que la negoció directamente con Zedillo. Cada grupo en el poder excluyó a los demás.

Cué construyó un bloque político formado por el padrinazgo férreo del cacique Carrasco, la Sección XXII tomando el control de la educación estatal y el grupo dominante de Andrés Manuel López Obrador y el apoyo electoral decreciente del PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano.

La alianza ganadora de 2010 se deshizo por la subordinación del gobernador a López Obrador, Carrasco y la XXII y la coalición de Cué perdió ante el PRI la Presidencia Municipal de Oaxaca.

La fuerza de Cué depende de una candidatura a gobernador en el 2016 con la alianza de PAN, PRD, MC, PT y ahora Morena, una circunstancia que se ve, al menos ahora, imposible sobre todo porque Morena no quiere aliarse con nadie y el PAN ha pactado con el PRI.

El Carrasco panista carece de fuerza política, el PRI se rehízo en Oaxaca y la XXII ya rompió con el Estado en donde el gobierno es su empleador.

Cué dependía de la alianza de partidos anti PRI, no de la entrega del poder y de las decisiones estatales a la sección beligerante y violenta de la XXII de maestros.

Al plantear la soberanía educativa respecto a la Constitución federal, entregarle la definición de la educación a la XXII y declararse en rebeldía educativa, el gobernador Cué agotó las posibilidades de la alianza y se acercó a los linderos de la desaparición de poderes.

El México republicano de hoy no es el México del siglo XIX y los dos primeros decenios del siglo XX, además de que las declaraciones de soberanía en esos años terminaron con guerras armadas para mantener la unidad de la república.