El presidente volvió al Alcázar, sin el PRD

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Los hombres fuertes del PRI y del PAN sonríen. Se saludan. Aquí y allá, abrazos, pláticas y guiños. La reforma político-electoral estaba a punto de ser promulgada por el presidenteEnrique Peña Nieto.

La izquierda mexicana, agrupada en el PRD, no asiste, excepto el diputado Fernando Belaunzarán, quien porta una playera negra, similar a la que regaló al presidente Peña Nieto con la frase “#QueMePregunten”, en alusión a laConsulta Popular para reformas como la energética.

Para las 13:20 horas, la clase política priísta y panista, junto con liderazgos del PVEM y Nueva Alianza, esperan al mandatario en el Alcázar del Castillo de Chapultepec, el mismo lugar donde se firmó el Pacto por México.

En ese momento llega el presidente del PAN, Gustavo Madero, flanqueado por el senadorJavier Corral y por el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle.

Llega Peña Nieto acompañado por los presidentes de las cámaras de Diputados y Senadores —el panista Ricardo Anaya y el priísta Raúl Cervantes— y sus hombres fuertes: el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; el secretario de Hacienda,Luis Videgaray; el procurador Jesús Murillo Karam y el jefe de la Oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño. El mandatario escucha atento al líder nacional del PRI, César Camacho, y en seguida a Madero. Toma nota.

Madero rechaza que la reforma político-electoral haya sido moneda de cambio para que el PAN aprobara la reforma energética. Afirma que el Pacto por México propició el mayor impulso reformador en muchas generaciones: “En ninguna época de México un Presidente de la República había logrado contar con tanta colaboración de la oposición como el presidente Peña Nieto”.

Advierte entonces que “viene una etapa de grandes oportunidades, pero también de riesgos”… “son reformas vivas. Están en marcha. Y no debemos descartar que ahora, que vamos a la legislación secundaria, volverán las resistencias de los agentes económicos y políticos afectados por las reformas, en un escenario ahora de aprobaciones bajo la fórmula de mayorías simples”.

César Camacho subraya que nunca más un gobierno dividido debe ser un gobierno detenido. Advierte que diputados y senadores del PRI están preparados para discutir y aprobar la legislación secundaria de esta reforma.

Habla el presidente. Panistas y priístas escuchan. Hay compromisos. Sin el PRD, pero con un perredista en el sillerío, nace la tan ansiada reforma política.