A partir del lunes, Estado de México pasa a semáforo amarillo

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Forbes

Debido al aumento de casos y hospitalizaciones por Covid-19, el gobierno del Estado de México informó que a partir del lunes la entidad pasará a semáforo epidemiológico amarillo.

“A partir del próximo lunes el #Edoméx pasa a semáforo amarillo. Continuemos con las medidas preventivas. #CuidemosTodosDeTodos“, publicó el gobernador, Alfredo del Mazo en sus redes sociales.

Ayer jueves, la Secretaría de Salud (Ssa) reportó 50,373 nuevos contagios de Covid-19, segunda cifra más alta de las notificaciones que hace la dependencia desde el inicio de la pandemia.

Con ellos, México suma un total de 4,545,683 casos confirmados, además de 278 muertes, una cifra menor a la de ayer (323) y con la cual suman 302,390 decesos totales.

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Estas cifras corresponden a detecciones y registros de la primera semana del año, ya que la dependencia reporta los números de dos semanas atrás para informar datos más consolidados, pues la información de hospitales y clínicas de los estados tarda en ser notificada.

Las autoridades de salud estiman que para ayer había 342,788 contagios activos, por haber presentado síntomas durante los últimos 14 días; además, proyectan que desde el inicio de la pandemia se han recuperado 3,583,463 personas.

La ocupación hospitalaria es otro indicador que se está incrementando en esta cuarta ola de Covid-19 en México.

La ocupación media de camas generales en los hospitales del país se situó al jueves ya en 38%, un punto porcentual más que un día antes, mientras que el uso de camas con ventilador se ubica en 22%, dos puntos más con respecto al miércoles.


Ante pandemia, FMI pide gastar ‘lo que haga falta’ contra el Covid-19
La gestión de la pandemia seguirá siendo la principal política económica de 2022, indicó la directora del FMI a líderes económicos mundiales.


EFE.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha hecho un llamamiento a todos los países para no dar por terminada la guerra contra Covid-19 de forma prematura y ha abogado por gastar lo que haga falta para no perjudicar la recuperación económica.

“El mundo debe gastar los miles de millones que sean necesarios para contener al Covid-19 con el objetivo de obtener billones como resultado” a través del crecimiento económico, ha defendido este final de semana la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, durante su intervención en el Foro de Davos que se realiza en forma virtual.

En esta mesa redonda, en la que también han participado la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, y representantes económicos de Brasil, Indonesia y Japón, Georgieva ha incidido en que la gestión de la pandemia seguirá siendo la principal política económica del 2022.

Además, ha advertido de que si no se garantiza un mayor nivel de protección frente al coronavirus en todo el planeta -en alusión a los bajos porcentajes de vacunación en los países más pobres- continuará “habiendo disrupciones y el futuro no será tan brillante” como podría ser.

La directora del FMI ha citado el caso de China y su estrategia de tolerancia cero contra Covid-19, que incluye restricciones a la movilidad y confinamientos para atajar los rebrotes, y que se está traduciendo en una severa desaceleración que demuestra que la variante Ómicron es “difícil de contener” sin que tenga un “impacto económico dramático”.

“Quizá fue un poco prematuro que China retirara sus políticas de estímulo, las debería haber mantenido durante algo más de tiempo”, ha señalado.

No obstante, ha recalcado que ahora mismo “las condiciones de cada país son muy diferentes, por lo que no pueden tener la misma política en todos los sitios“, en contraste con la situación de 2020, cuando en el arranque de la pandemia se adoptaron medidas similares por todo el mundo.

En su discurso, Georgieva ha puesto como ejemplo lo que ocurre en materia de inflación en dos “gigantes” como Estados Unidos y Japón, ya que mientras que en el primero la subida de precios subyacente -sin tener en cuenta la energía- ronda el 5.5%, el segundo cerró con una tasa de prácticamente el 0%.

En este contexto, la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos ha avanzado una posible subida de los tipos de interés para controlar la elevada inflación, una retirada de los paquetes de estímulo que en opinión del FMI también tiene implicaciones en otros países con deuda en dólares, lo que puede enfriar su recuperación económica.

Por su parte, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, ha instado a ser “pacientes” a la hora de pedir subir los tipos en la Eurozona porque todavía no se dan las condiciones para ello.

Los datos de demanda y empleo de la Eurozona no van “a la misma velocidad” que en Estados Unidos y “no parece que vayamos a experimentar la misma inflación” que en ese país, ha subrayado, aunque ha asegurado que “una vez que los criterios (para subir los tipos) se satisfagan, actuaremos”.

De hecho, la presidenta del BCE prevé una moderación de la inflación en la Eurozona una vez que los costes energéticos se estabilicen en 2022 y se supere en los próximos meses el denominado efecto base, que se produjo al comparar los precios del pasado año con los de 2020, cuando estaban excepcionalmente bajos debido al impacto de la pandemia.

Entre los motivos para este optimismo figura que la escalada de precios no se ha trasladado de momento a los salarios, ha añadido Lagarde, quien confía en que, a pesar de la elevada incertidumbre, esta tendencia aleje una espiral alcista de la inflación.

Las preocupaciones por los precios en Europa y Estados Unidos están lejos de las de Japón, según ha explicado el gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, quien prevé que la inflación en el país continúe este año en el 1% a pesar del crecimiento, por lo que mantendrá una política monetaria expansiva con el objetivo de situarla en el 2% “tan pronto como sea posible”.

Asimismo, el ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, ha presumido de la situación de su país pese a la pandemia y ha recordado que organismos internacionales como el FMI erraron en sus previsiones al augurar un impacto muy superior, “subestimando” su capacidad de resiliencia.

“No creo que la inflación sea un problema transitorio en absoluto” para los países occidentales, ha alertado Guedes, y ha subrayado que Brasil se ha movido “mucho más rápido” debido a que ya afrontó crisis de precios en el pasado.