Comunicar en reelección

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Uriel Pérez García

Uno de los grandes pendientes en el contexto de la administración pública ha sido la dificultad que enfrentan los gobiernos para comunicar a la ciudadanía respecto de la gestión que realizan en sus distintos ámbitos de competencia, sin embargo en un escenario electoral y en la ruta de una posible reelección, se abre una ventana de oportunidad para atender este pendiente pero además de impulsar una ciudadanía más exigente.

En primer lugar es importante resaltar que la comunicación política refiriéndose a este proceso  de intercambio de mensajes que se establece con la finalidad de incidir en todo proceso político, se ha visto reducida únicamente al ámbito electoral a través de los llamados instrumentos utilizados por el marketing político para el posicionamiento de candidaturas y plataformas electorales con una visión de corto plazo, es decir, obtener votos.

No obstante, se ha descuidado a la comunicación gubernamental como esta herramienta que debe incidir a largo plazo en el proceso político de generación de consensos que permita construir legitimidad a partir de la aceptación por una amplia mayoría, de las decisiones que se traducen en políticas públicas para la solución de las distintas problemáticas.

En este contexto y luego de la reforma político electoral que permite la reelección en el ámbito municipal, en los últimos meses ante el proceso electoral en curso, se ha hecho más visible la exposición mediática del quehacer público que busca posicionar las acciones de los gobiernos municipales como un incentivo para refrendar el voto en los comicios próximos.

Sin embargo, este proceso comunicativo se ve mermado por la tardanza con que se emprende esta búsqueda de consensos a través de informar sobre los logros, alcances o el modelo de gobierno que se ha mantenido desde el inicio de la administración, es decir, pareciera que  en el mejor de los casos todos estos esfuerzos se reservan con la única finalidad de obtención de votos sin asumir la importancia de generar un alcance mayúsculo que permita la estabilidad y gobernabilidad durante el resto de la gestión.

De este modo podemos observar que todos los cuestionamientos y señalamientos, hasta cierto punto naturales en todo gobierno, pero acentuados hacia las administraciones municipales como responsables de la solución de problemas del entorno inmediato, son minimizados por los ayuntamientos, lo que independientemente de la inestabilidad política que pueda generar, impacta en esta decepción ciudadana hacia la política en su conjunto.

El modelo de gestión de la nueva gerencia pública que ha permeado en los últimos años, implica establecer indicadores basados en resultados, con una mayor participación ciudadana orientada hacia la evaluación que realizan la ciudadanía en términos cualitativos además de cuantitativos, con respecto a las respuestas que dan los gobiernos a sus distintas necesidades, lo que invariablemente obliga a una mayor transparencia y rendición de cuentas.

En este sentido, es indispensable que la comunicación gubernamental se construya a partir de un marco sólido que permita generar consensos que deriven en legitimidad y gobernabilidad, apartando de manera puntual la comunicación desde la perspectiva únicamente electoral.

Para lograr lo anterior se requiere indudablemente voluntad por parte de quienes se encuentran en el espacio de toma de decisiones, para instaurar una administración pública abierta que comunique de forma eficiente y que lejos de ser reticente a las críticas, establezca canales de comunicación en la consecución del reconocimiento de la mayoría, más allá de la simple aceptación y demanda del voto en tiempos electorales.

Desde la perspectiva ciudadana, la ventana de oportunidad se establece desde dos ópticas principales: en primer lugar tenemos que, en la medida en que se emplee una comunicación gubernamental más efectiva, podremos disponer de más información sobre los asuntos públicos de forma más permanente y que trascienda el terreno discursivo.

En segundo lugar, se impulsa la construcción de una sociedad más exigente que incida en una gestión pública eficaz y eficiente, donde la evaluación se manifieste más allá del sufragio, estableciendo la reelección como un auténtico mecanismo de profesionalización de la función pública. Por tanto, es imperioso se aprenda a comunicar como gobierno y no solo como candidatas y candidatos que reaparecen en el proceso electoral, distinguiendo que son dos momentos totalmente distintos.