Asesinaron a 15 mujeres trans en Oaxaca este 2020; pero el transfeminicidio sigue sin nombrarse

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El Universal

La última vez que Geovanna Angulo Ramos fue vista con vida, estaba en inmediaciones de San Agustín Etla, municipio de los Valles Centrales , era el 25 de noviembre. Tras haberse reportado su desaparición, su cuerpo fue hallado en un barranco, cinco días después. De acuerdo con activistas, la joven de 27 años fue asesinada por su expareja.

Ivette Fernández Feria, representante de la organización Prodiana A. C., afirma que hasta el pasado mes de junio, un total de 13 mujeres trans habían sido asesinadas de manera violenta en Oaxaca.

A ellas se suman Geovanna, y Sherlyn, asesinada un día después de la localización del cuerpo de la primera joven, como resultado de un ataque a un negocio ubicado en la capital.

“Se contabilizan aproximadamente 13 transfeminicidios en Oaxaca durante la primera mitad de este año, cifra que, desde luego, parece ser muy baja, dada la violencia que sucede actualmente contra las personas trans”, afirma.

En entrevista con EL UNIVERSAL, la activista explica que existen muchos obstáculos [para realizar] un conteo exacto de cuántas mujeres trans han sido asesinadas en Oaxaca y el resto de México, pues son constantemente invisibilizadas incluso tras ser víctimas de un crimen violento.

Según datos del Centro de Apoyo a las Identidades Trans, entre 2007 y 2019 en todo el país fueron asesinadas 544 mujeres trans; mientras que este 2020, hasta el 20 de noviembre pasado, se acumulaban 35, por lo que con los casos de Geovanna y Sherlyn la cifra sería de 37 víctimas a nivel nacional y 15 en el estado.

“La población trans es constantemente discriminada. En la década de los 90 se descartó la homosexualidad como una enfermedad mental; sin embargo, aunque las personas trans tampoco son consideradas como enfermas mentales, se les tiene en un concepto erróneo y se les cataloga como personas mentalmente enfermas”.

La activista señala que aunque actualmente se han abierto espacios para las personas que se identifican dentro de las identidades trans, la etiqueta sujeta a estas personas a la discriminación constante, razón que les ha motivado para luchar por sus derechos, agrega.

Para ella, los asesinatos de Geovanna y Sherlyn dejan en evidencia las múltiples discriminaciones que viven día a día las mujeres trans.

“Los crímenes contra mujeres trans no se reconocen como transfeminicidios, pues es una figura que no existe en los términos legales; sin embargo, su reconocimiento refiere a la garantía de un derecho y a la visibilización de los ataques de odio contra las mujeres trans”, dice.

De forma equivocada, señala, constantemente, cuando se comete un transfeminicidio, se asocia a “motivos pasionales” y se dejan fuera aspectos como el odio, el machismo y los estereotipos que forman parte de la problemática que rodea a dichos ilícitos.

Si el término se reconociera, asevera, podrían existir penas más justas y claras por crímenes de odio, así como se permitiría cuantificar qué tan comunes son, dado que las mujeres, y en general las personas trans, viven discriminación y violencia a lo largo de todo su proceso de transición.

Rocío Machuca Rojas, diputada local de Morena, piensa igual, por lo que el pasado 18 de diciembre presentó un punto de acuerdo para exhortar a la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO) a que investigue los asesinatos de Geovanna y de Sherlyn con el protocolo de feminicidio.

El punto de acuerdo incluye la solicitud de que el fiscal General, Rubén Vasconcelos Méndez, informe los avances en las investigaciones a la 64 Legislatura del Congreso. Además, exhorta al Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE) a que informe sobre los procesos penales que existen por delitos en contra de mujeres trans, y, sobre todo, que actúe con perspectiva de género y de diversidad sexual.

Hasta el momento, las autoridades estatales no han dado a conocer avances en las investigaciones por los asesinatos de Geovanna o Sherlyn.

Ivette Fernández, activista por los derechos de personas trans, asegura que aunque en Oaxaca se ha avanzado, pues ya se pueden realizar procesos de reasignación de género, señala que en las oficialías de Registro Civil no existe la sensibilización adecuada del personal, pues constantemente las mujeres trans han denunciado que son discriminadas o nombradas con un género con el que no se identifican.

Indica que tampoco se han realizado campañas para que en Oaxaca se conozcan y se pueda acceder a los trámites de reasignación de género.

Ante ello, propuso a la dirección del Registro Civil que se realice una estrategia de comunicación dirigida a la población trans, pero lamenta que la pandemia de Covid-19 no ha permitido que se concrete la campaña ni concluir con la capacitación apropiada del personal de las oficialías que tenga a cargo los trámites de reasignación de género.

“Hace falta que las personas trans tengan acceso a un trámite fácil, información clara… y, sobre todo, que no se sientan burladas ni señaladas”, señala. Agrega que ante la falta de información sobre el trámite, muchas personas siguen acudiendo a la Ciudad de México a realizarlo.

Estas medidas, asegura, permitirán conocer a cuántas personas asciende la población trans en Oaxaca y el resto del país, pues sin que exista el reconocimiento legal de su identidad, seguirá siendo complicado saberlo, dado que hasta hoy no existen datos oficiales que permitan conocer dónde y cómo viven las personas trans.

Adelanta que organizaciones buscan que el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) durante los censos, contabilice a las personas trans, así como sus actividades económicas y sociales.