Pese al tremendo déficit del INAH, se cuidarán todos los empleos, afirma Diego Prieto

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La Jornada.

El director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto, reconoció en un mensaje dirigido a los trabajadores de esa instancia difundido el miércoles que la dependencia tiene un déficit presupuestal anual tremendo de mil millones de pesos, nada más para efecto de poder pagar nóminas.

Ante las protestas e incertidumbre que sus palabras ocasionaron entre académicos e investigadores, aunado al anuncio de la extinción del Fideicomiso para el Fomento y la Conservación del Patrimonio Cultural Antropológico, Arqueológico e Histórico de México (Fideinah) y la falta de pagos a alrededor de 600 trabajadores contratados por el esquema de Capítulo 3000, el funcionario afirmó en entrevista con La Jornada que se cuidarán los empleos de todo el personal.

Aseguró que no habrá ningún despido en el instituto, pues ante el confinamiento por el Covid-19 la única prioridad es solidarizarse con los más desfavorecidos.

Las prioridades son claras, continuó: “poner en el centro a todas las personas, cuidarnos entre todos y solidarizarnos, así como seguir atendiendo las tareas imprescindibles e impostergables que, de acuerdo con la ley, corresponden al INAH; siempre atendiendo las indicaciones de las autoridades sanitarias, acataremos las indicaciones de austeridad, gasto escrupuloso y racionalidad presupuestal.

Se debe comprender que el Estado tiene que hacer frente a una situación económica y social sumamente grave, de la que el instituto no puede sustraerse. En esta emergencia sanitaria, el INAH sigue adelante, y habrá de jugar un papel relevante en la reactivación social, cultural y económica del país. Reitero: no habrá despidos ni del Capítulo 1000 ni del 3000.

El funcionario aceptó que hay 600 personas contratadas bajo la modalidad Capítulo 3000, y aunque no se les ha pagado desde hace meses, el funcionario federal espera muy pronto saldar esa deuda.

Puntualizó que “hay muchas actividades esenciales en el INAH; no sólo el Tren Maya es prioridad. Debemos reorientar los proyectos en dos sentidos: reconociendo que hoy por hoy no tenemos la capacidad de movilidad (trabajo de campo), y segundo: recordar que el instituto forma parte de un país que tiene una epidemia en ascenso.

Debemos revisar la estructura de nuestro presupuesto, porque desde hace tres décadas sufrió una desestructuración generada por una serie de prestaciones, derechos, concesiones importantes, pero no reconocidas por Hacienda. No hay dinero para pagar eso. Tenemos que hacer adecuaciones, pero contamos con la colaboración cercana del titular del área de Administración y Finanzas de la Secretaría de Cultura federal, así como con las autoridades hacendarias.

Respecto del extinto Fideinah, Prieto Hernández sostuvo que se defendieron principios y conceptos, no dogmas; aunque el Fideinah no es la esencia del INAH. Recordemos que también hubo recursos en 2011 o 2012 que fueron mal utilizados por el fideicomiso. Hubo cosas muy buenas, pero también otras que no se cuidaron de manera adecuada.

Enérgica misiva de rechazo

El sábado, en un comunicado, 174 investigadores del INAH, entre ellos 10 profesores eméritos, expresaron su enérgico rechazo a la pretensión de suspender contrataciones de personal de investigación por Capítulo 3000, reducir drásticamente fondos e impedir concursos de oposición de plazas vacantes.

Exigieron transparencia ante el manejo discrecional de la austeridad de la alta burocracia del INAH, hecho a costa de sus funciones sustantivas.

Otros investigadores consultados por este diario, quienes pidieron omitir su nombre, señalaron que “es lamentable que desde la administración de Enrique Peña Nieto y hasta la fecha, el director del INAH siga sin tener capacidad para negociar un presupuesto digno. Ahora, la mayoría de los proyectos de investigación en el país están detenidos; sólo se están aprobando los que se realizarán en el área del Tren Maya.

“Para la remodelación del Bosque de Chapultepec sí hay recursos federales (mil 600 millones de pesos tan sólo en 2020), pero para nosotros, los investigadores y académicos que cuidamos el patrimonio en todo el país, no hay nada. No entendemos la política de Prieto cuando él mismo fue investigador; no sabe negociar presupuestos, se alineó primero ante Peña Nieto y ahora con López Obrador.

Han dejado caer a los trabajadores, antropólogos, arqueólogos, lingüistas, historiadores, quienes estamos a la deriva y sin trabajo; algunos ni siquiera tenemos derechos laborales porque nos han estado contratando por honorarios, una trampa que empezó el sexenio pasado, aun cuando llevamos trabajando para el instituto 20 o 10 años. Somos los peor pagados del sector académico.

En su mensaje del miércoles pasado, el director del INAH informó que el 13 de abril, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ordenó la suspensión de toda contratación para cubrir vacantes o hacer cambios de personal, pero aseguró que a los que ya trabajaron se les tiene que pagar.

Claro, acotó, si un investigador le pidió a alguien trabajar sin aprobación del centro de trabajo, pues que el investigador se lo pague, no sería mala idea.

Explicó que los recientes años se contrajo la plantilla laboral del INAH. Se perdieron 900 plazas de base y se tuvo que recurrir a otras modalidades de contratación. Respecto de las personas contratadas por Capítulo 1000, afirmó que ya se regularizaron, con contratos de servicios personales correctamente suscritos, e incrementaron en alguna medida su salario.

Dijo que cada año el INAH tiene unos 780 millones de pesos autogenerados (entradas a zonas arqueológicas, museos y ventas de libros, entre otras modalidades), para subvencionar el déficit y evitar el colapso del instituto.

Detalló que 98 por ciento de los recursos que recibe el INAH anualmente se van a Capítulo 1000; de esos recursos, 82 por ciento es para pagar salarios del personal de base (2 mil 951 millones de pesos), 6.6 por ciento a personal de confianza (255 millones de pesos) y 14.5 por ciento a eventuales. Es decir, al INAH le queda para operar 3 por ciento de esos recursos. Es un desequilibro presupuestal enorme.

Pero el instituto sabe conducirse con austeridad y tenemos que asumir que el cierre de museos y zonas arqueológicas implica una reducción de autogenerados que estaban para compensar las limitaciones de nuestro Capítulo 1000. Vamos a resolver esto, el instituto está dispuesto a hacer su esfuerzo, a hacer un sacrificio, no estamos en una situación normal, analicemos entre todos cómo podemos hacer para encontrar propuestas para que nos defendamos.

En los comentarios de quienes vieron el mensaje de Prieto, apareció la opinión del arqueólogo Leonardo López Luján, quien escribió: Si somos prudentes, cancelemos el Tren Maya y que se transfieran esos fondos a fortalecer el INAH, benemérita institución fundada por el general Lázaro Cárdenas en 1939.