Se construirán por etapas las sucursales del Banco del Bienestar

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La Jornada

Para poder levantar 2 mil 700 sucursales del Banco del Bienestar en tan solo dos años, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) asignará únicamente a dos militares por cada una de las obras, uno de ellos, el ingeniero responsable, será itinerante y tendrá a su cargo la construcción de hasta diez proyectos a la vez. El resto del personal será contratado en cada localidad, donde también se adquirirán todos los materiales necesarios, lo cual ayudará a reactivar la economía comunitaria.

Así lo informó el capitán primero Julio Aguilar Gámez, de la Dirección General de Ingenieros de la Sedena, quien explicó que cada sucursal bancaria estará en un terreno que puede ir desde los 400 metros cuadrados hasta una hectárea.

Actualmente el banco negocia con gobierno municipales, estatales y el federal para determinar cuáles terrenos le pueden ser transferidos en propiedad, comodato o renta, para construir sus sucursales, procurando siempre que estén en las zonas donde las instituciones financieras tradicionales no llegan: buscan reforzar la infraestructura bancaria, principalmente en los lugares donde se cuenta con esa cobertura.

Será hasta que el Banco del Bienestar concluya estos trámites legales cuando la Sedena entre de lleno a la construcción.

Mientras tanto, se trabaja el diseño de los planos, señaló Aguilar Gámez: es un prototipo muy sencillo, con un área de patio, el área de cajero automático, el área de cajas y su bóveda; es un proyecto muy básico para que cumpla con las necesidades del Banco del Bienestar.

Cuando se anunció el proyecto, en julio del año pasado, se explicó que se trata de llevar el banco hasta las regiones más apartadas del país, donde viven muchos de los 20 millones de beneficiarios de los programas sociales del gobierno federal.

En enero pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que este año se construirán la mitad de las sucursales, con un presupuesto de 5 mil millones de pesos, y durante 2021 el resto.

El ingeniero Aguilar explicó que aunque por economía se partirá de un modelo único, se adecuará a cada lugar, pues no es lo mismo un edificio que debe funcionar y dar servicio en la península de Yucatán que uno en la sierra de Chihuahua.

Incluso, en los lugares donde no se cuente con los servicios básicos, la Sedena tendrá que completar el proyecto para abastecerlos, por ejemplo, si no hay conexión a la red eléctrica se va a echar mano de toda la tecnología existente, pueden ser paneles solares, algún generador de energía, dependiendo de las características propias del lugar.

Por ello, el país será dividido en varias zonas, cada una con un ingeniero militar responsable de obra, que supervisará simultáneamente la construcción de dos a 10 sucursales, según lo permitan la infraestructura de caminos para moverse entre uno y otro proyecto.

Además, en la sucursal de cada construcción habrá de fijo otro elemento militar como residente de obra. El resto del personal será contratado entre los habitantes de la localidad.

El encargado de la obra, o el ingeniero residente, lo que hace es que contrata tanto personal, obreros, la gente que está en el campo directamente, pero también se hace de personal técnico, profesionistas, contadores, ingenieros, todo lo necesario para cumplir con la normatividad vigente en materia de obra pública, explicó el militar.

Agregó que algo similar se hará con la adquisición de los materiales de construcción. Eso permite que haya una derrama económica local, se da trabajo a la gente con todas las prestaciones de ley, y a la vez se compran materiales, eso permite durante el tiempo de los trabajos reactivar un poco la economía local.