Política en 90:Al rescate de las buenas prácticas anticorrupción

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Jorge Oropeza

En México, existen modelos ejemplares de combate a la corrupción y de participación ciudadana que incluso tienen tres siglos de existencia. Basta voltear a las comunidades que se rigen por sistemas normativos indígenas para hallar – en las decisiones tomadas año tras año en las asambleas comunitarias – comités ciudadanos legítimos con atribuciones éticas populares, superiores a cualquier mandato de fiscalización o contraloría formal.

En el mapa nacional, Oaxaca es un foco de atención en esta materia. Por sí mismo cuenta con 412 ayuntamientos que se gobiernan bajo esta modalidad, es decir, administraciones municipales que toman determinaciones con mecanismos de amplia participación popular y escrutinio social, en su mayoría en plazas abiertas.

En esta situación se presentan esquemas de rendición de cuentas públicas masivos y transparentes en las asambleas, en los que la autoridad municipal tiene que explicar su gestión en periodos cortos y literalmente de frente a las y los ciudadanos. Una vez en la plaza del pueblo no hay espacio para la opacidad.

Sin embargo, hay una buena práctica que particularmente destaca en la mixteca oaxaqueña. Y es que se registran testimonios orales de su existencia desde el siglo XIX e incluso mucho antes. Se trata de la Junta Revisora en Villa de Chilapa de Díaz. Ésta es una instancia absolutamente ciudadana y electa en asamblea al mismo tiempo que el cabildo con el único objetivo de revisar nota por nota, factura por factura y peso por peso – en la modalidad de visitas sorpresas – en el momento que así se considere en este órgano popular.

Dicha Junta Revisora se forma de tres personas nativas de la comunidad con alta calidad moral reconocida y conocimientos básicos en el tema. Y no sólo revisa la cuenta pública antes que el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de Oaxaca, sino también todo el dinero privado manejado en los comités de las fiestas, utilizando los excedentes para la ejecución de obras.

Recientemente, la Secretaría de la Función Pública arrancó con la estrategia para conformar Comités Ciudadanos de Honestidad Pública, y en Villa de Chilapa de Díaz podría estar, adaptado a los diversos contextos, el estereotipo a replicar para involucrar así a la ciudadanía del país en la rendición de cuentas, la transparencia, la gobernanza y en general en el combate frontal a la corrupción que se arrastra.

*Presidente del Colegio de Profesionistas Compartir Conocimiento A.C.