Gobierno e iniciativa privada coadyuvan en la reconstrucción del Istmo

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Asunción Ixtaltepec, Oax.- Con la responsabilidad de una hija recién aliviada, otra más que presentaba convulsiones y con su madre de 91 años de edad, la señora Dulce María Antonio Urbieta de 40 años de edad, vivió una de las etapas más angustiantes de su vida durante el sismo registrado la noche del 7 de septiembre de 2017.

“Mis hijas alcanzaron a salir de la casa y yo no podía porque mi mamá se le complica caminar y empezaron a caer los pedazos de pared de la casa… en la puerta prácticamente volé con mi mamá para salvarnos porque se cayó la casa. Mi mamá fue la única que se lastimó porque le cayó un pedazo de bloque en el pie, pero gracias a Dios estamos vivas”, relató doña Dulce.

“Una de mis hijas está enferma y empezó a convulsionar, sumado a que se estaba escapando el gas, sin luz, mucho polvo y el bebé recién nacido de mi otra hija… fue tremendo porque yo no sabía cómo reaccionar porque mi mamá estaba sangrando del pie”, siguió describiendo.

Su hija recién aliviada fue la primera en poder salir en medio de los escombros a la calle, con la ayuda de un vecino lograron sacar a su mamá que se encontraba lesionada y doña Dulce María comenta que ella cargando sacó a su hija que convulsionaba en esos momentos para poder atenderla.

“Un señor me ayudó a llevar a mi hija que convulsionaba para buscar a un médico, llegando al centro del pueblo mi sorpresa fue ver que había muchos niños heridos, lastimados, fue muy horrible”.

Aún en el estado de emergencia que se vivía en esos momentos, Dulce María, sus dos hijas, su nieto y su madre se refugiaron en un albergue instalado en la “Pista 20 de agosto”, posteriormente emigraron a otro más que instalaron las Fuerzas Armadas, sin embargo las condiciones climatológicas no fueron a su favor.

“Nos fuimos al campo, ahí los militares nos daban de comer, pero ahí sufrimos porque estuvimos en las casas de campaña, comenzaba a llover, había mucha agua, nos dormíamos prácticamente dentro del agua, lo bueno es que el bebé estaba en tres colchonetas hasta arriba y no se mojó, nosotros estábamos empapadísimos… pasamos una dura situación pero lo mejor es que tenemos vida y eso se lo agradezco a Dios”, contó.

Debido a que la casa que colapsó se encontraba a nombre de su hermano, la tarjeta bancaria de apoyo para la reconstrucción fue otorgada a éste, sin embargo ante su ausencia dicho beneficio no había podido ser entregado, ella comenta que al ver la necesidad que les apremiaba, el gobierno le otorgó a ella mientras tanto 15 mil pesos.

“Una señorita vio mi casa y le comenté que solo me había llegado 15 mil pesos, me dijo que iba hablar con su jefa para que me pudieran apoyar con una casa, para eso yo tenía que dar nada más 20 mil pesos, así lo hice como pude junte eso, vino gente de fuera y me dijeron que cooperaron niños para mi casa”

Cosechando Juntos lo Sembrado, S.C. fue la institución financiera con sede en Tequisquiapan, Querétaro, quien apoyó la construcción de su vivienda con el apoyo de los socios e incluso niños de aquella entidad.

“Agradezco a Dios y a estas personas, también a los niños que sin conocernos dieron lo que tenían de ahorro, porque si no, no hubiéramos tenido un techo, más en la situación que estaba, ya que me la pasaba en el hospital por mi hija que no dejaba de convulsionar, pero aquí estamos con un hogar”, dijo con una voz entrecortada y llena de lágrimas al recordar este acto de bondad.

Doña Dulce María sabe que esta desgracia fue un evento de la naturaleza y agradece al Gobierno que a pesar de la magnitud del desastre y de lo complejo que es apoyar a todas las familias, el apoyo siempre se dio de alguna manera.

“Pensé que no era verdad lo de las tarjetas, pero pues con el apoyo que el Gobierno medio cooperé para tener mi casa, gracias al Gobierno que dio este apoyo, porque si no lo hubieran dado ninguna familia tuviera casa hoy, por eso estoy muy agradecida al Presidente Enrique Peña Nieto y al Gobernador de Oaxaca Alejandro Murat”, finalizó.