Fecha fatídica: 2040… ¿Será realmente el fin del mundo?

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Excelsior.

Las redes sociales son una catapulta para información que suele pasar de lo real a la fantasía, de lo veraz a la mentira. En 1973 un reportaje que se transmitió en la televisión australiana dio a conocer con base en señalamientos de investigadores del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), quienes apoyados una de las computadoras más grandes del mundo, la fecha de lo que podría ser el fin del mundo.

El programa Word One ideado por Jay Forrester con el objetivo de dar paso a un modelo de sostenibilidad global arrojó como fecha fatídica el año 2040. Los datos procesados por la computadora alertaron sobre el crecimiento de la contaminación como factor de riesgo para la humanidad.

Aún más, la cuenta regresiva iniciaría en dos años, sí, en el 2020, fecha en la que ocurriría un cambio que marcaría el inminente inicio de un desastre mundial. “Los niveles de contaminación, crecimiento de la población, disponibilidad de recursos naturales y la calidad de vida en el planeta”, precisan en el portal RT como factores de alerta.

Si no hacemos nada al respecto, la calidad de vida se reduce a cero. La contaminación se vuelve tan grave que comenzará a matar a la gente, lo que a su vez hará que la población disminuya hasta niveles más bajos que en 1900”, se precisó en el reportaje de hace 45 años.

Y se precisó:

En esta fase, alrededor de 2040 a 2050, la vida civilizada tal y como la conocemos dejará de existir en este planeta”.

¿Por qué retomar ese reportaje?

Las coincidencias llevaron a varios usuarios de redes sociales a relanzar la información. En el año 2017 se registró un récord nada envidiable en la emisión de gases de efecto invernadero. Algunos países, incluso, experimentaron temperaturas por encima de la media usual. China encabeza el ranking de los países con más CO2 producido, sus emisiones superaron en 2017 las del conjunto de toda la Unión Europea.

¿Hay focos rojos? Sí.

Recientemente se dio a conocer que ciudades y naciones buscan prohibir popotes para beber y agitadores de plástico con la esperanza de resolver parte del problema de contaminación con plástico a nivel mundial. Sin embargo, el problema es tan grave que los científicos afirman que estas medidas no están ni cerca de ser suficientes.

Los científicos australianos Denise Hardesty y Chris Wilcox estiman, con base en basura recolectada en franjas costeras en Estados Unidos durante limpiezas hechas a lo largo de cinco años, que existen cerca de 7.5 millones de popotes de plástico en las costas estadunidenses. Para ellos, eso significa que entre 437 millones y 8 mil 300 millones de popotes de plástico se encuentran en las costas de todo el mundo.

Anualmente, más de 35 millones de toneladas de desechos de plástico son producidos en todo el planeta, y aproximadamente un cuarto de esa cantidad termina en las aguas.

Por cada libra de atún que sacamos del océano, estamos arrojando dos libras de plástico al océano”, aseveró la científica oceánica Sherry Lippiatt, coordinadora regional en California del programa de restos marinos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.