Mixes producen café con medios inocuos; crean empresa para escapar de los coyotes

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La roya afectó los cultivos de esa región oaxaqueña

La Jornada.

Ciudad de México. Café en decenas de bolsas doradas de la marca Akkonmuk esperan un mercado. Son resultado de los esfuerzos de casi 100 indígenas mixes por rescatar siembras de la plaga roya que desde hace unos años ataca las plantas, así como de su lucha por escapar de los coyotes y mantener su medio de vida.

Josefina Agustín Ríos fue presidenta de la empresa Agro Mma Via Am –nombre en mixe del poblado–, quien desde hace tres años, con otros integrantes de la comunidad y escasos recursos económicos, establecieron una planta procesadora y trabajan en la comercialización del grano, en la región mixe media, a unas cinco horas de la ciudad de Oaxaca.

En la empresa, que consta de dos amplios salones, en los cuales se tuesta, muele y embolsa el café, Josefina explica que los productores de esta localidad decidieron crear la empresa para no depender de los intermediarios. Fue para que aquí mismo se pudiera transformar el grano. Ahora se comercia molido y hace dos meses se hizo una venta a una empresa de Estados Unidos. Por cada 12 kilos, ahora obtienen alrededor de 100 pesos más.

El aroma del café tostado inunda la planta, donde laboran cuatro personas. Josefina continúa: Hace tres años, cuando empezamos, no había mucho producto. Tuvimos que salir a otras comunidades para buscarlo. El segundo año más o menos se produjo algo, porque la crisis de la roya afectó mucho. En 2016 se empezó a componer. Esta plaga es un hongo que debilita las plantas e impide la maduración de los granos.

Afectó los cafetales. Casi todas las familias vivimos de esto. Hace dos años no hubo nada de cosecha y la producción en la empresa depende de lo que se recolecte; si está buena producimos bastante. La última se compuso un poco, sacamos como tres toneladas. Con asesoría de jóvenes profesionales en temas del agro, organizados en el Centro de Innovación Integral para el Desarrollo Rural (Ciinder) Kukoj, avanzaron en la instalación de la planta, explica.

Hace unos meses entregó la dirección a otros integrantes de la comunidad que continúan el trabajo, aunque el problema, señalan, aún es la comercialización: tienen decenas de bolsas sin poder colocar en el mercado. Venden en la región porque requieren transporte para llevarlo más lejos, pero carecen de recursos, explica Gustavo Vargas, el nuevo presidente de la empresa.

Los productores indígenas enfrentan estos problemas, mientras, en el análisis de la cuenta pública 2016, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó un probable daño al erario por 445 millones de pesos en el Programa de Apoyos a Pequeños Productores y el Plan Integral para la Atención del Café, el cual está a cargo de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural y Pesca.

La ASF señaló que ese probable daño ocurrió en perjuicio de los productores de café, que pertenecen a los estratos más vulnerables del país.

Para enfrentar la caída en la producción, los indígenas, que procuran usar productos naturales y poco tóxicos, utilizan piedra molida y jabón Zote para atacar la plaga, detalla Serafín Vargas, quien camina en medio de platanares; árboles de lima, mamey y zapote, que dan sombra a los cafetales, y muestra las nuevas variedades que comenzó a plantar para escapar de la roya.

Dice que experimenta con las plantas que le recomiendan y los abonos para evitar agroquímicos. Recibí unos bultos de abono para poner las plantas, quiero ver cómo van a funcionar. Veo que las plantas están mejorando; parece beneficioso. La cosecha la vende a la empresa, que se encarga de reunir y vender el café de todos los productores de la comunidad, por eso la marca que eligieron es Akkonmuk que en mixe significa juntar todo.