¿Cuáles son las contraseñas menos seguras para 2018?

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El Economista.

Cada año resulta más complicado huir de las garras de los hackers, pero algunos internautas les ponen su privacidad en bandeja recurriendo a claves demasiado fáciles de adivinar.

Este 2017 que toca a su fin ha sido el año de los ciberataques por excelencia, desde los que afectaron a grandes compañías, como el temible ransomware WannaCry o su versión más avanzada y tardía Petya, hasta los que, recientemente, han llevado a la bancarrota a un mercado de bitcoin. Los piratas informáticos son cada vez más ‘sanguinarios’, tienen más ambición y menos piedad. Por ese motivo, toda precaución es poca tanto para empresas como para particulares.

Como cada año, SplashData ha dado a conocer su listado de las peores contraseñas de 2017, una clasificación que ha elaborado basándose en 5 millones de claves robadas a usuarios de América del Norte y Europa. En los últimos doce meses, los internautas han cometido prácticamente los mismos errores que en 2016, pero también han incurrido en nuevas metedura de pata que han surgido al calor de los temas de actualidad.

Una vez más, las contraseñas más usadas —y vulnerables— han sido “123456” y “Password”. La medalla de bronce la ocupa la no menos predecible “12345678” y , en orden descendiente, copan el ‘top ten’ “qwerty”, “12345”, “123456789”, “letmein” -déjame entrar, en inglés-, “1234567”, “football” y “iloveyou”.

También, y como novedad, se cuelan entre las peores algunas adoptadas por los seguidores de Star Wars o Juego de Tronos, como “starwars” y “dragon”, que se encuentran enfre los 25 primeros puestos del ránking.

RECOMENDACIONES PARA CLAVES MÁS SEGURAS

Por otra parte, SplashData proporciona unas directrices básicas a seguir a la hora de escoger una clave segura . La consultora recomienda que el santo y seña en cuestión tenga, al menos, 12 caracteres en los que se combinen mayúsculas, minúsculas y signos de puntuación al gusto.

Asimismo, llama a los usuarios a dejar de utilizar la manida excusa de la mala memoria y les emplaza a emplear una contraseña diferente para cada una de sus cuentas.