La X en la frente: la Guelaguetza no es de la 22

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Moisés MOLINA

Oaxaca de Juárez. En Oaxaca, la alegría colectiva es onerosa,, por donde quiera que se le vea.

Somos un estado pobre, pobre, pobre; y por razones politicoelectoreras, la causa única de esa pobreza material, dicen los que pierden, es el gobierno.

Con un aterrador déficit de ciudadanía, pregúntale a 5 personas, las que quieras: ¿Qué es el gobierno? Y te apuesto doble contra sencillo, que las 5 respuestas, si es que se articulan, serán diferentes.

“Época de confusión democrática”, dijo Sartori, antes de colgar los tenis.

Somos pobres por muchas cosas, pero con todo y nuestra pobreza geolocalizada en más de 10 mil comunidades, a ninguna le falta su fiesta patronal. Año con año hay que celebrar en grande, dispendiosamente a Los Santos que dan nombre a los pueblos y que sin pensar nos atoraron los españoles.

No por nada escribe Krauze, que aunque “la rama se separó del tronco, le seguirá  siendo secretamente fiel”.

Saca cuentas. O aproxima cifras. En las fiestas patronales no se escatima y existen lugares donde ya hay mayordomos para después de 2030; persona que con su familia se harán cargo de todos los gastos: comidas, avituallamiento, calenda, misa, servicio,, bebidas y muchas otras cosas para toda la población católica.

Hagan lo que tengan que hacer, no fallan. Ahorran, venden inmuebles, usan las remesas de quién sabe cuántos años, se endeudan, hipotecan; ruegan a Dios vengan buenas las cosechas. La fiesta se hace y, salvo algunos lugares, el invitado solo pone su boca.

Aquí no existen las cabeceras electorales, los distritos, (los que quieren ser candidatos disfrazan su oculto interés buscando una justificación para que le dejen participar y ya valió sombrilla cuando son dos o más los que se quieren meter y abusan de los frustrados planes pecuniarios de los mayordomos.

El Santo Patrono no se puede quedar sin su ofrenda.

POR ESO LA GUELAGUETZA CON SUS LUNES DEL CERRO SON DEL PUEBLO. ES CULTURA, ES PATRIMONIO CULTURAL INTANGIBLE.

Es el sincretismo que se resume en ella. Lugares hay, dónde a propósito de la máxima fiesta de Latinoamérica, dejan de lado todo por qué van a presumir el orgullo de su origen racial (ese México profundo) y van a presumir su Fé. No confianza, no optimismo, no esperanza; fe, que es el grado más alto de confianza.

Ha sido un proceso largo. Terminó la guerra fría. Vino la Perestroika, la globalización y con cambios imperceptibles, nuestros lunes del cerro van, no en el capitalismo, no en el socialismo que la quieren destruir. Esos extremos recalcitrantes que tanto daño le han hecho a México.

La Derecha  facista, yunquista, entregada a la empresa, al capital y al pasado, a costa de cualquier cosa, incluso del medio ambiente y con disfraz de izquierda que sin serlo, polariza el otro extremo ideológico y abrió la caja de Pandora y cultiva los odios que sembró, como hoy.

Independientemente de los nombres ¿sabes cuál es la alternativa que los odios e intolerancia connaturales a cualquier proceso pre electoral, han impedido que tengamos el orden y el progreso? LA SOCIALDEMOCRACIA.

Una forma de vida que, a resumidas cuentas, nos de progreso, reduciendo la brecha entre ricos y pobres y disminuyendo, no los índices; disminuyendo la pobreza garantizando la CULTURA Y EL PATRIMONIO  biodiverso de nuestras naciones originarias. En fin.

NADA A COSTA DE NUESTRO PATRIMONIO CULTURAL; NADA A COSTA DE UN SOLO ÁRBOL.

Eso pasa hoy en Oaxaca. Pareciera que la historia se repite porque no hay talento, voluntad ni imaginación.

No se repite. Es uno de los extremos contra el gobierno mientras la Derecha mercante y timorata observa complacida.

¿Qué no es la izquierda la que promueve y protege la cultura y el arte?

¿No son los maestros los que hablan a sus alumnos en clase de Mitla y Monte Albán? ¿Del tequio y la Guelaguetza?¿Del respeto al derecho ajeno?

No es la izquierda recalcitrante la que siempre está pendiente del patrimonio de nuestros pueblos?

¿No es la izquierda la que dice sacrificar hasta la vida en defensa del pueblo?

Hoy estamos viendo a la izquierda sin máscaras y desembozada, a los maestros que están formando a nuestros hijos y que ya no les hablan de historia ni de matemáticas

Hoy estamos viendo la rapacidad de los líderes. “Uno pa’ti cien pa’mi”.

No hubo dinero, no hay paz, ni cultura, ni nada. Ellos quieren su dinero… CONO SIEMPRE.

Sin que se le llame REPRESIÓN, necesitan, como la que le dan a nuestros hijos, una lección: de honestidad, de desinterés, de amor a Oaxaca y a sus tradiciones, de respeto, de ética, de justicia, de libertad con responsabilidad.

MAESTROS:

Tomen su pupitre y a escuchar. EL PUEBLO DE OAXACA QUIERE SU GUELAGUETZA.