La paciencia y la felpa de Sabino Guisu

0
251

 

Rodrigo Islas Brito/RIOaxaca.

Oaxaca de Juárez. “Ser sigiloso, paciente, nada es a la de a güevo, tampoco es hacer cinco obras al día. Para eso mejor me meto a una oficina con un horario godinez, si vas a llegar al arte necesitas libertad, a veces yo me pasó un poco en eso, pero bueno, la necesito”

Sabino Guisu afirma que siempre está buscando las posibilidades para crear arte con lo que le pongan enfrente, su segundo nombre es la traducción al zapoteco de lo que significa una vasija de recipiente de barro, de tierra, o de algo que se cocina con una llama muy grande.

Se le pregunta al juchiteco su opinión sobre las voces en Oaxaca que hablan e insisten que su ascendente carrera no sería la misma sin la cercanía que mantiene con el pintor y caudillo cultural Francisco Toledo , considerado por una buena cantidad de expertos como el mayor artista mexicano vivo del México contemporáneo.

“El trabajo al final habla solo. Obviamente mucha gente me ha dicho que esas cosas se comentan. Pero yo estoy en lo que a mí me gusta, obviamente con un ejemplo a seguir en mi papá (el pintor Sabino López Aquino) y en el maestro (el ya citado Francisco Benjamín López Toledo)

“Al final me vale madres, la gente que le gusta hablar no está aquí conmigo cuando se me acaba la tela. No les pido nada, si tengo hambre vendo una obra y lo resuelvo, no voy a la casa de nadie a pedirles un taco. Si una persona confía en ti, al final están los hechos para decir por qué lo hizo”.

Sabino ha compartido recientemente con su paisano una exposición en Oaxaca llamada Afelpados, a lo que el artista de treinta años solo afirma que “hay que echarle ganas, uno nunca sabe en qué parte del mundo te va a meter el universo”.

De la oportunidad para exhibir con el artista que definió el panorama cultural de la Oaxaca de los últimos 25 años, Sabino recuerda que todo surgió cuando Toledo decidió trabajar con la lana y el bordado, amarrando la lana con el fieltro a partir de agujas.

“Había un taller de Afelpados en San Agustín e invitaron a varios artistas” recuerda el entrevistado y agrega que de Toledo aprendió a siempre estar creando nuevas formas.

“Me gusto la sensación del material, empecé a crear volumen, a incrustar cosas como un cuerno, vidrios, jade, plumas. La pieza del murciélago de la expo esta primero hecha por unos artesanos de Teotitlán del Valle en la que estuve involucrado”.

“Después empezamos a incrustar plumas con la mano de guajolote, zanate y paloma blanca, con cara de un Dios zapoteca, es una pieza muy oaxaqueña pero a la vez muy mexicana”.

Guisu recuerda que la idea surgió de una historia que aprendió  en su Istmo natal, donde el murciélago era un ave que tenía todas sus plumas, pero que cometió un error por el que los dioses lo dejaron plumaje, por lo que quedó condenado en su pudor a  no salir de día, sino solo de noche

“Es la costumbre, cometes un error y te cae un gran castigo”,  resume atisbado el entrevistado. Dice que en su obra siempre le ha gustado transportar y tender puentes entre lo prehispánico, lo antiguo, lo primitivo y lo contemporáneo.

“Me gusta la taxidermia, pero con eso de la caza de animales esta cabrón, así que dije no mejor le paro. Pero, me gusta recolectar huesos. Cabezas de ganado, en el Istmo vivía  dos cuadras de una zona de taqueros”

En su rapidez de ideas, Sabino cavila de repente sobre las posibilidades de poner un puesto de tacos de cabeza, con la osamenta del animal expuesta en la vitrina como en su universo juchiteco natal.

“Se ve exótico, recuerdo que echaban la grasa y la cabeza a las vías del tren, quince años tirando eso llevó a que un día alguien tirara un cerillo y salieran puros huesos carbonizados”

De la taxidermia, el pintor recuerda que está viene de su familiaridad con los animales muertos. Dice que en su natal Juchitán sabe de un lugar donde está enterrado un caballo que atropelló el tren.

Se le pide al entrevistado regresar al tema, cuestión que se repetirá otras cinco veces durante la hora diez minutos que durara la entrevista.

Cuenta  que el único que teníamás piezas que él y otros artistas para la segunda edición de Afelpados era Toledo. “Tenía quince o 18, su nivel de producción está muy cabrón”.

“A la expo fue mucha gente, hacía calor allá adentro,  banda cazacockteles. Pero estábien, el arte es para todos. Es lo único que el ser humano no ha perdido de su verdadera esencia. La sensibilidad, las ganas de conectarse y volverse otra vez un poco niño”.

“Profesionalmente lo de exponer junto al Maestro es también como un mensaje para toda la banda que decía que yo solo hacia puro humo. Acá les traigo sus borregos, papá”.

El artista comenta que Afelpados  fue un aliciente “para cambiarle un poco a la chamba”. Dice que al final “si crees en tu trabajo no tienes que demostrarle nada a nadie, lo presentas y ya está”. “

¿Te está pasando la estafeta Toledo al exponer contigo?, ¿miras esto como un espaldarazo a tu carrera? Sabino, lejos de crecerse con estas dos preguntas se retuerce en el sillón de su taller, en la felpa de una cubierta.

“Eso ni lo había pensado, le digo a toda la banda que pueda estar hablando de eso que lo dejen al criterio de su imaginación, ojala y algunas de esas cosas al final resulten ciertas”.

“De la amistad y del trabajo me siento agradecido, esta expo para mí fue como el si de repente pudieras grabar una canción con John Lennon, el artista que admiras desde niño. Eso fue al final lo que pasó. Esto es solo la mejor de las motivaciones para seguir trabajando”.

Debe ser la tercera vez que Sabino habla sobre el trabajo, llegado a la ciudad de Oaxaca en el 2005, antiguo estudiante de la escuela Bellas Artes, su padre el pintor Sabino López Aquino perteneció al movimiento de la  Coalición Obrero Campesino Estudiantil del Istmo de Tehuantepec (COCEI), de finales de los ochenta y principios de los noventas.

“Mi padre hacia serigrafía, grabados, pintas en bardas, playeras y camisas, sin recibir nada a cambio. En el Istmo cuando llegó el triunfo de la lucha popular pasó lo que pasa en todas las luchas, solo unos cuantos, los líderes, terminaronaprovechándosede la lucha de un pueblo cansado y con coraje de ser libres y decir ya basta a la explotación y el cacicazgo”.

“De mi padre aprendí que el arte no es una institución es una filosofía, que no puede regirse por las instituciones. El arte es instintivo, es una necesidad humana para crear con lo que tengas y procurar un poder creativo incansable”.

“Conozco gente que se decepciona y abandona su quehacer artístico por no tener una beca, y es gente muy creativa que se queda en el camino porque nunca se sacó el FONCA”.

Cuenta que Francisco Toledo conoció a su padre de muy joven, por lo que su entrada a trabajar en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) a su llegada a Oaxaca fue un asunto orgánico.

“En el Istmo, mientras los demás se iban de vacaciones a mi mandaban al campo. Hice queso, trabajé en un taller de bicis, fui alfarero. Mis padres consideraban que ese aprendizaje era esencial”.

“Cosas como parchar una llanta a unabicicleta, gente más joven y de mi generación no saben hacerlo. Lo más común en el Istmo era costurarte tu propia ropa. Entonces me cagaba hacerlo pero ahora que ya estoy más grande lo agradezco, me dio un tipo de disciplina”.

El artista cuenta que cuando era niño en la casa de la cultura de Juchitán, Toledo llego a ofrecer su propia colección personal de grafica

“Obra de Leopoldo Méndez,José Guadalupe Posadas y Rufino Tamayo estaban ahí, con una biblioteca enorme. La idea de lo que es el IAGO ahorita empezó en Juchitán”.

“Entre al IAGO  como custodio en la sala de gráfica. Me chute varios libros porque de las exposiciones que ahí había yo tenía que saberlo casi todo. La primera expo que me tocó cuidar fue de un pintor francés llamado Jean Lurcat, autor de una serie de ilustraciones botánicas

“Tuve que aprenderme todo sobre ese señor. Cosas como estas repercutieron en mi desarrollo artístico. Sobre todo cuando entre como bibliotecario a la sala de libros pintura que era de arte en  general

”Arte  primitivo, de las grandes civilizaciones, de Oceanía de los maoris, de África, de Japón, Nativoamericano. Fue como llegar a un restaurante muy hambriento, y empezar a comer con paciencia. Para mí eso nunca fue un trabajo”.

“No era como trabajar en una farmacia donde solo te sabes el orden de los medicamento, pero no lo que estos contienen. No yo ahí me sabía el orden y todo lo que contenían los libros”.

Estuvo más de cinco años en el IAGO donde le dieron una beca que Toledo les da a los bibliotecarios que se dedican al arte. Al respecto señala que Oaxaca está lleno de artistas, pero que en el tiempo que estuvo en el IAGO nunca vio a alguno de ellos en la biblioteca.

“Sería que cada uno tenía una biblioteca personal en su casa”. Cuenta que desde niño pintaba y dibujaba en Juchitán.

“Vivía en el fraccionamiento IVO,que está junto a un panteón y está dividido por la vía del ferrocarril, un canal de riego y un CBTIS, yo estaba atrapado. Era como un triángulo cuando se inundaba se hacían canales, y nos metíamos en flores de vaina”.

“En épocas de lluvia hacíamos ejércitos de barro, creábamos nuestros juguetes  y armábamos nuestras historias. Agradezco haber nacido en esa época”.

“Mi jefa les daba tacos de arroz  y botes de agua a los inmigrantes que pasaban en el tren. Era una colonia muy noble, si, había un par de vecinas culeras que cerraban sus puertas, pero en general la gente sacaba sus tacos para la gente que quería llegar al otro lado”.

El artista recuerda incluso que una vez durante un patrulleo de la policía migratoria mexicana, en su casa terminaron escondidos entre 15 o 18 migrantes, de los que algunos hasta se quedaron a dormir.

“Ahí le jalan, luego se mete la pinche banda” interrumpe Guisu, con indicaciones para dos amigos que acaban de salir de su taller. Después con esa habilidad suya de saltar a un tema y otro recuerda cuando Toledo le recomendó leer el clásico de JD Salinger, El Guardián entre el centeno.

“Y cosas  de artistas como Rufino Tamayo. Así empezó mi amistad con Francisco Toledo, antes en las entrevistas no me gustaba hablar mucho de eso porque ya ves que luego vienen los juicios de que túte agarras de esto y de lo otro, pero hoy el que dirán ya me vale verga”

“Yo adquirí un aprendizaje muy grande gracias a esa institución que el creo, llegue al IAGO con las semillas de mis ideas que no tenía idea de cómocultivar, estar ahí fue como esas horas de sol, de abono que necesitaba”.

¿Tienes una gran admiración a Toledo?, se le pregunta a Sabino ante lo evidente

“Como ser humano, como altruista. Mucha banda confunde a la sabiduría con la información Ser sabio toma muchos años”.

¿Quétan sabio crees que sea Francisco Toledo? Sabino no muestra dudas al contestar:

“Moldeóesta ciudad, tuvo la visión como para darse cuenta que Oaxaca era un asentamiento que se podía hacer crecer, como un campo de flores en el cual cosechar primaveras. ¿Acaso esta ciudad no vive del turismo y de arte?”

“Yo crecí entre los bordados, debajo de las enaguas de mi mamá,llegue a Oaxaca vi todos los tipos que había, tejidos, el poder pintar la lana con colorantes naturales. Tenemos un montón de raíces para no caernos”.

Sabino ha pasado otra vez de un tema a otro y otra vez no se ha dado cuenta. Se le pregunta por el fuego y el humo que han definido su proceso creativo. El pintor habla de muchas  vertientes

Como la del austriaco Wolfgang Paalen, surrealista que empezó a experimentar con los elementos, con velas haciendo marcos sobre las que ponía figuras y oleo

“De mi parte va en un sentido más mexicano, el fuego acá es sagrado, da calor pero también destruye. Me gusta la idea de capturar esa horrible historia del fuego como si fuera una fotografía”.

“Para mí cada pieza es meterme como a un ritual chamanico, y al final el resultado no es el que yo decido sino el que el humo decide. Es el fuego escribiendo y mi mano es solo  el guía”.

“Ser cómplice de este elemento para hacer arte.Aunque no sepas que energías estas desatando”. El artista señala que hay una cara de Alf en la obra de gran formato que está frente a él. El reportero encuentra en ella hasta a una mujer llorando.

“Me he quedado en la noche y tantas figuras y caras que encuentro me han llevado a levantarme e irme a dormir a otro lado, siento la vibra”

“El fuego es peligroso, bien dicen que no debes jugar fuego, a mí me dijeron eso de morrillo y creo que al final no les hice caso, fue como si me hubieran dicho juega con fuego porque eso te va a mantener”

Sabino habla ahora de la miel  de las abejas y de su desaparición en trámite. Dice que muchas culturas del mundo entendían antes que el mundo era uno con la naturaleza, que la armonía lo era todo, pero  que hoy la avaricia, la codicia y la ambición para tenerlo todo, jode la cosas de cabo a rabo.

¿Qué tan importante es el dinero para ti? “Lo es, pero también como ya lo he dicho lo es el trabajo. Hago cinco o seis piezas y lo que gano lo gasto en material y otra vez me quedo sin dinero.¿Porque? porque estoy haciendo lo que me gusta”.

“Obviamente está la lista de recibos. Luz, internet, el agua , el teléfono. Te tienes que medio adaptar, y darte cuenta de este el momento para poner todo lo que eres y lo que tienes en lo que estás haciendo”.

¿Qué tan importante es la fiesta dentro de tu arte?, Sabino pone cara de un domingo por la mañana con la pregunta

“Me han hecho un montón de mitos sobre eso, pero mientras hablen de ti está perfecto. Hay leyendas sobre mí de las que yo luego me entero, como que fui hasta Sonora a comer un sapo alucinógeno con DNT”.

Sabino dice que aunque esto nunca pasó, dentro de sus propósitos si está el probar una miel que existe en Nepal que tiene un efecto conciliador, aunque precisa que le gustaría ir a cortarla y que fueran las mismas abejas la que lo picaran.

De su expo con su admirado Toledo, de su carrera en general, de las cuentas que tiene que pagar mañana, el artista expresa:

“He luchado por lo que he querido, me he hecho de mis instrumentos y de mis armas”.

Después recuerda como los bloqueos magisteriales cercanos a San Agustín, Etla lo obligaron a chambear más y terminar a tiempo un par de piezas para Afelpados.

Habla de las mineras que se quieren apoderar de Ixtepec, y de que allá “la gente si  se está poniendo al tiro”, de que “allá si tienen huevos”

“No creo que vayan a dejar que las pongan” Luego viene una teoría para propulsar al Istmo a la riqueza absoluta de la que el artista pide secrecía porque luego “las utopías se pueden volver muy peligrosas”.

“Este país podría crecer si no tuviera dirigiéndolo a una bola de culeros y egoístas. La Patria no es ni una bandera ni un color, es la tierra donde vives, es el agua, es el maíz, todo lo que esta abajo y arriba de nosotros”.

Después habla otra vez del IAGO y de su gusto por las analogías futboleras, y de cómo las dos se conjugan cuando piensa en el primero “como un equipo”, y en él como el tipo nuevoque acabando de entrar al partido pudo meter tres goles.

“Y al final, pum, ahí está. Empiezas en Primera A y si le echas ganas subes a un equipo de primera división”.

Sabino sigue hablando sobre el futuro. En la entrada sus dos amigos que se habían ido han regresado porque al parecer olvidaron algo. Sabino Guisu les dice que entren y busquen pero que todo está contado.

Todo el mundo ríe.