“No se puede pasar a la Guelaguetza oficial”, recuento de una mañana de Boicot magisterial

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Rodrigo Islas Brito/RIOaxaca.

Oaxaca de Juárez. “No se puede pasar a la Guelaguetza oficial, la Guelaguetza de este gobierno ha sido oficialmente cancelada”, dice al megáfono un joven maestro al tiempo que los sones de Ejutla suenan fuerte desde el auditorio del Cerro del Fortín.

El bloqueo magisterial a la altura de los cruces entre Crespo, Allende y la esquina del asilo Los Tamayo está delimitado por tres pequeños camiones repartidores pertenecientes  a la Pepsi, Agua Ciel y una empresa gasera local.

El bloqueo, conformado por unos 200 mentores está ahí con motivo del boicot anunciado ayer por la CNTE y la Sección 22 a este segundo Lunes del Cerro. Los turistas con tipo de nacionales  llegan al bloqueo  sólo para ser mandados  de regreso.

“¡¡¡Burroooo!!!!” le grita un maestro a un señor de mediana edad con playera del Cruz Azul que viene con una chica que parece ser su hija.  El motivo del grito ha sido que a pesar de lo que ha advertido la voz del megáfono, el hombre se ha seguido de frente contra la valla magisterial.

El cruzazulino se voltea como buscando a aquel que lo ha burreado, pero nadie dice yo. Increpa a la valla entera y grita cosas que nadie alcanza a distinguir bien de que se tratan, mientras su hija lo mira con los ojos bien pelones.

“La verdadera Guelaguetza está en Nochixtlán” le responde otro maestro refiriéndose a la Guelaguetza magisterial que hoy se celebra en aquel pueblo masacrado en un operativo policíaco de desbloqueo hace poco más de un mes.

Cruzazulino y su hija dan la vuelta a la calle y suben por una privada empedrada llamada callejón del Monte que está a un metro del bloqueo, en la esquina del callejón hay jóvenes maestros que dicen que no hay paso, pero que no hacen nada por impedirle el acceso a la calle de Crespo. Ni a él, ni a su hija, ni al motociclista, ni al chavo que viene cargando una caja con tortas, que vienen detrás.

Cruzazulino sigue su caminar molesto refunfuñando cosas igual de inteligibles que antes, pero que en esta ocasión mantiene en voz muy baja, al tiempo que una señora dueña de una tienda de la cuadra bloqueada mira con preocupación el bloqueo mientras llama “influyente” a un señor cincuentón que vende tapetes y cestos de mimbre que carga a la espalda.

“Es que si están dejando pasar a gente del pueblo”, le dice el señor a un tendera que recibe sus palabras con gesto de a lo menos cierto desagrado. A una cuadra de ahí  dos regimientos de policías estatales cuidan las escaleras que conducen al Cerro del Fortín.

Arriba la Guelaguetza ya está en marcha y abajo los polis se han estacionado ahí desde muy temprano con tal de adelantárseles a los maestros en su boicot anunciado. Ellos resguardan las los escalones remozados semanas atrás, mientras los maestros bloquean la calle.

“Nada que no se haya visto antes”, comentaría un reportero una hora después, a unas cuadras de ahí en el otro bloqueo que está tapando el acceso al Cerro desde la altura del Hotel Fortín Plaza. Ahí otros doscientos maestros aproximadamente bloquean el paso valiéndose de dos camiones urbanos atravesados tanto en la avenida principal, como en la calle de doble sentido que conduce a la colonia Estrella.

Frente a ellos, otro regimiento de policías estatales ha puesto ya también su valla con todo y lona incluida para resguardarse del sol a plomo. Los dos bandos se miran las caras con toda la tranquilidad del mundo, ninguno le hace bulla al otro, como acostumbrados los dos a su mutuo existir.

Los maestros y maestras combaten el calor con sombrillas, bolis, aguas y refrescos, mientras un señor recorre el bloqueo con una caja de tortas a diez pesos. Maestros, reporteros y curiosos no le hacen el feo y le agotan la mercancía.

Son las doce del día y se reporta que veinte minutos antes dos mujeres turistas de la Ciudad de México han llegado acompañadas al bloqueo de un representante de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO).

Han pedido con todo y defensor de por medio que las dejen ejercer “su derecho humano de ir a la Guelaguetza”, pero los maestros les han dicho que ni así “con influencias” las iban a dejar pasar. Las turistas han tenido que ir a rodear alguna de las calles adyacentes a Crespo por las que finalmente podrán llegar a las escaleras que suben al Cerro.

El representante de la DDHPO se ha quedado ahí en el bloqueo con su motoneta a un lado, tomando notas y con cara de estar tentado a comprarse un raspado para el calor. No ha querido dar entrevistas, aunque ha asegurado que hay más de diez representantes de la Defensoría haciendo guardia en inmediaciones del auditorio Guelaguetza y en los tres bloqueos magisteriales de este segundo lunes del cerro, el de Crespo, el presente en Calzada Héroes de Chapultepec y otro más en la salida del Cerro hacia la colonia Santa Rosa.

Los minutos pasan  y se sabe que los tres bloqueos se mantendrán la mayor parte del día, por lo menos hasta que se celebre la segunda función de Guelaguetza de las cuatro de la tarde. En la que está a punto de acabar, cuyos jarabes se oyen a lo lejos,  los  medios de comunicación registran un lleno con un periscopeo del gobernador del Estado incluido.

En el bloqueo de Niños Héroes los maestros han arreciado en sus medidas, pues no solo no dejan pasar a los turistas que van al cerro y a la Guelaguetza, sino también a los caminantes que van en dirección contraria.

Con una negociación en marcha entre la CNTE y la Secretaría de Gobernación, que ha llevado a que cuatro mentores oaxaqueños presos hoy estén ya en libertad, los maestros en su bloqueo parecen estar haciendo tiempo en su sempiterna estrategia del estire y afloje.

Minutos después, de regreso al bloqueo de la calle de Crespo, la voz magisterial al megáfono suena más amable. Una hora antes además de señor del Cruz Azul, dos jóvenes han tratado de superar la valla magisterial corriendo hacia ella como bólidos, a lo que los maestros los han contenido y se han gritado entre ellos el ya clásico “¡no caigan en provocaciones, compañeros!”

Esa y otras posibles experiencias de confrontación con transeúntes,  parece haber menguado un poco la dureza del bloqueo magisterial de la calle de Crespo, en este momento la misma voz magisterial al megáfono que hora y media antes había asegurado que la Guelaguetza oficial había sido cancelada, aclara ahora a los turistas que a la Guelaguetza pueden llegar solo si rodean el bloqueo por otra calle. Como bien dicen, la experiencia lo es todo.