El vuelo demasiado lejos

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Rodrigo Islas Brito/RIOaxaca.

Oaxaca de Juárez. Fiambres, asesinados, más fiambres, balazo en la frente, gente muerta caminando y después volando,cornudos furiosos y fantoches, sheriffs paranoicos de amenaza fácil, milicos negociadores del crimen y de todo lo que humanamente este de paranegociar. Capitán Kóblic (Argentina, 2016) es el resumen de un ardor de manos, de ese cosquilleo que te atraviesa al saberte parte de un mundoen ruinas morales, que solo convoca acrímenes interminables.

Ricardo Darín vuelve a demostrar su imbatibilidad para las buenas películas y compone un retrato austero y preciso del personaje protagonista homónimo del título de la película, un militar renegado que tuvo que abrir muchas compuertas durante aquella campaña de exterminio de la dictadura argentina de los ochentas, llamada Operación Cóndor, y que hoy solo quiere cerrarle las puertas a la muerte.

Pero esto no será fácil, sobre todo cuando el Capitán termina escondido en un pequeño pueblucho del fin del mundo, donde un policía corrupto hasta el tuétano (un excelente y divertidísimo Oscar Martínez) ve venir los barbaros a su puerta, auto convenciéndose de queel mejor milico suelto es el milico muerto.

El director Sebastián Borensztein ejecuta una división entre drama de personajes y cine negro que da por resultado una suma que si bien a veces confunde la complejidad con la parsimonia, no ceja en su resuelta aproximación a un universo de remordimientos inconmensurables y duelos de un atardecer inevitable.

El cine argentino vuelve a demostrar conKóblic que se trata definitivamente del cine de género temáticamente más complejo de Latinoamérica, donde no existe el temor a escudriñar ese baúl del pasado con todo y sus infiernos, para hablar de los demonios que siguen sobreviviendo a pesar de cualquier discurso conciliador en el que sólo cambian los actores pero no las mañas.

Con esa solvencia e inventiva técnica que parece definir al cineasta argentino promedio (Damián Szifron, Pablo Trapero, Israel Adrián Caetano)Borensztein se da su tiempo para planear y dibujar atmosferas, donde personajes buenos, malos y jodidos conspiraran para alcanzar la mejor versión posible de sus propios sueños.

Exploración del miedo y sus razones y de como este se rompe una vez que horror lo domina todo, western lento de duelos existenciales, Capitán Kóblicpuede que no vuele tan alto como pudo hacerlo, pero su descripción de ciudades que se convierten en pueblos, de pueblos que se convierte en callejones, de callejones que se convierten en tumbas, aderezado todo con el aleteo de un avión al que no vemos, pero del que sabemos que tarde que temprano terminara por estrellarnos, es preciso y perfecto en su filosófica ambigüedad.

“Hemos llegado demasiado lejos”, dice uno de los personajes hacia el final del metraje de la cinta, es entonces cuando uno piensa, que también son los tiempos los que han llegado muy lejos con ellos.