Hilaria y Melany, dos historias sobre la menstruación

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Rodrigo Islas Brito

“Cuando Hilaria menstruó por primera vez le pegaron, porque tenían la idea de que las mujeres que menstruaban y sangraban era porque estaban manteniendo relaciones sexuales con hombres, o porque las estaban tocando sexualmente”.

Así describe Melany Itzel Castellanos Pérez el periplo por el que tuvo que pasar hace unos 45 años en su niñez y adolescencia en San Pablo Topiltepec, Oaxaca, población ubicada en la Sierra Sur. Hilaria, la protagonista del reportaje radiofónico que hoy la ha llevado a hacerse acreedora del máximo galardón de la segunda edición del Premio “Reportaje Radio Francia Internacional en español”.

Estudiante del octavo semestre de Ciencias de la Comunicación de la Universidad José Vasconcelos de Oaxaca  (UNIVAS), Melany realizó Hilaria y la menstruación, el trabajo ganador, como tarea para una materia de Radio 2.

Consistía en realizar un reportaje de relevancia internacional con el propósito de meterlo a un concurso que se lleva a cabo a nivel América Latina. Al final fueron Melany e Hilaria las escogidas.

“Lo registre hace una semana, dura 14 minutos con 20 segundo y trata sobre Hilaria, de 58 años, quien me cuenta su historia de cuando fue joven y empezó a menstruar”.

Melany relata que Hilaria tiene doce hijos y actualmente vive en San Agustín de las Juntas, población conurbada a la Ciudad de Oaxaca. Fue con Rosa, una de sus hijas menores, de 22  años, y a quien Melany conocía desde la secundaria, quien le contó la historia de represión cultural vivida por su madre y la metió en ella.

“Había una gran discriminación entonces hacia la mujer.  Hilaria hacia tortillas, y en los días en los que estaba menstruando no la dejaban acercarse a la masa, le decían que no tocara nada, que era una cochina, que eso que ella tenía era algo sucio”.

“Las madres de aquel entonces también habían pasado por lo mismo, pero aun así volvían a repetir la misma historia con sus hijas, y las trataban igual de mal que como ellas habían sido tratadas por sus madres”.

“Las chicas no tenían mucho contacto con los hombres. Porque era mal visto que una mujer pudiera estar hablando con un varón. A ella la mandaban a bañarse con agua fría en su periodo menstrual  para que se limpiara, aunque esto le causara un gran dolor físico”.

Castellanos Pérez comenta que algo que en particular que le llamó la atención de  la historia de Hilaria fue cuando le contó que en su primer sangrado vaginal manchó el petate, la regañaron y la mandaron a lavarlo.

“Hilaria ahora lo mira diferente con sus cinco hijas, reflexiona que la menstruación es algo natural en la vida de las mujeres, que ella  vivió en un tiempo de creencias que estaban erróneas. Donde le decían que la sangre que de ella venia era para el Diablo”.

“Lo comprende como algo que era parte del ambiente de ignorancia en el  que creció”.

Melany relata que para la protagonista de su premiado reportaje hoy la regla menstrual de una de sus hijas, la cual sufre de cólicos muy fuertes, es un asunto normal.

“Le prepara un té, o trapos calientes, o  le da dinero para que compre sus pastillas. Cualquier remedio que ella encuentre para su hija y que ella en su momento nunca tuvo”.

El interés sobre la historia de Hilaria,  surgió de un relato  que Melany escribió semestres antes sobre un hombre que menstruaba “Cada cuatro meses”. Título del  cortometraje que ella y unos compañeros terminaron realizando.

“El personaje tenia cierto problema de hermafrodismo. Mi maestro de cine me decía que yo tenía algo con la sangre. Y a lo mejor sí, es un conflicto interno que también tengo, porque soy mujer y vivo todas esas cosas”.

Melany considera sin miedo a externarlo, que hoy existen muchas opiniones sobre el machismo y el feminismo, y que cree que abundan ideas erróneas sobre los dos.

Cuenta que ha vivido toda su vida en el a veces flamable municipio de Animas Trujano.

¿Has vivido de cerca las consecuencias del machismo?, se le pregunta a la joven estudiante, quien por respuesta se niega a caer en clasificaciones.

“Si, lo he vivido, pero algo que platicó con mis compañeros es que no me considero feminista, yo entiendo que hombres y mujeres nunca vamos a hacer iguales, lo que tiene que ser igual son los derechos por los que la mujer ha luchado, por tener voto, por tener voz”.

“Nunca he estado de acuerdo con eso de que las hijas tienen que servir la mesa y encargarse de tareas del hogar. Yo no quiero esa vida para mí, por eso siempre me he centrado en estudiar”.

Melany cuenta que cuando se enteraron sus compañeros de grupo del premio estaban más emocionados que ella.

“Yo no me la creía, aunque siempre me sentí satisfecha con mi trabajo. Los comentarios de mis compañeros y de mi  maestro de Radio, Ángel Rodríguez,  mejoraron mucho su trabajo. Yo creo que voy en representación de todos”.

La estudiante se refiere a su próxima estancia en Paris, Francia, con gastos pagados, donde tendrá la oportunidad de producir un reportaje sobre un tema que todavía está buscando.

“Este premio es una oportunidad y un regalo. La radio me gusta, emitir sonidos, sensaciones, voces, produces todo un sentimiento en la audiencia y hasta una reflexión”.

“El campo laboral está hoy muy complicado en el estado de Oaxaca, no hay muchos medios y en los pocos medios que hay los lugares son muy peleados. Donde luego no quedan al final las personas que son más capaces o más inteligentes”.

La entrevistada considera que un futuro, el cual ya está a dos meses de distancia  a partir de que concluya su carrera universitaria, buscaría  trabajo en otras ciudades del  país  y hasta contempla estudiar una maestría

“Algo que quiero y anhelo con todo mi corazón es aprender bien dos idiomas, por lo menos inglés y francés. Me gustaría poder comunicar y entender  en otros idiomas”.

“Nos dicen muchas cosas del periodismo, en México es una labor demasiado peligrosa, pero no me da realmente miedo. No lo descarto como profesión”.

Dice la chica de escasos 21 años, que pareciera estar hablando como si tuviera diez años más. Aunque aun así su sinceridad juvenil, ausente de pretensiones, no puede dejar de desbordarse.

“Quiero agradecer a mis padres, yo sé que pagar una carrera no es nada fácil y sé que se han esforzado demasiado”.

Del tema de Hilaria y la menstruación, y su historia de injusticia, Melany dedica una última pregunta y reflexión.

“¿Cómo es posible que esto se haya visto así? La menstruación es algo completamente normal en la mujer, en la una no decide si tenerla o no.”

Del futuro, en un reflejo que todo estudiante a punto de abandonar la carrera parecer experimentar, Melany no puede dejar de referirse a su presente de estudiante.

“En cada trabajo de la escuela trato de añadir una esencia de lo que yo creo”.

¿En cuanto a la mujer?, se le pregunta a la autora de Hilaria y la menstruación, quien con su respuesta deja claro que lo suyo no es el es negro, ni el es blanco,

 “Aja, en cuanto a la mujer y también en cuanto  a los hombres”.