Las noches barrocas de Yolanda Andrade

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Por Rodrigo Islas Brito

A casi un año de cumplir cuarenta años como fotógrafa, se le pregunta a Yolanda Andrade si realmente nota la existencia de una mirada distintiva de las mujeres fotógrafas para con sus colegas hombres en su trabajo. Si ese concepto de que las mujeres son más delicadas o sensibles a la hora de apretar el click es real o no es en sí un discurso prefabricado.

“A veces se ve esa diferencia y a veces no. Es una cosa que se ha debatido mucho Siempre nos dicen que la mujeres somos más delicadas, pero puedes ver trabajos de fotógrafos hombres que son igual de delicados y sensibles, y trabajos de mujeres en cambio que resultan muy fuertes y descarnados”.

Andrade define que la peculiaridad de la mirada femenina en la foto radica en la manera como las mujeres tocan los temas que abordan y no en la forma en cómo los realizan.

Considera a Mariana Yampolsky como una de las más grandes fotógrafas mexicanas de la historia, y a Maya Goded y Patricia Aridjis como representativas de la nueva fotografía mexicana realizada por mujeres.

Yolanda está en Oaxaca para la inauguración de su exposición “Cuando empieza la noche” , que estará todo lo que sobra de enero y parte de febrero, presente en el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo

“Son 23 fotos, con la noche abordada en diferentes lugares y ciudades que he recorrido. Ámsterdam, París , Calcuta , Villahermosa, Mérida , Querétaro y la Ciudad de México. La expo va cambiando en la medida que voy agregando más fotos, en la que pronto se adicionaran las noches de Oaxaca”.

Andrade explica que en su expo la noche es abordada desde el punto de vista del viaje, de la memoria, de recorrer las calles, de captar la luz y la atmosfera distintiva de la oscuridad de una gran ciudad.

“Un lugar es muy diferente en la noche a como se percibe en el día. Hay otro tipo de ritmo, de atmosfera”.

Comenta que en su fotografía confluyen muchos elementos, pues Andrade asegura no poder ubicarse en un solo objeto.

“Trato de poner el ambiente en general, el contexto de lo que está sucediendo en cada una de las imágenes. Tiendo a ser muy barroca, a integrar muchos elementos dentro del cuadro que enriquecen lo que está sucediendo en la foto

Desde 1977, Yolanda Andrade se dedica a la fotografía, siendo el 2002 el año en el que dejó de utilizar exclusivamente el blanco y negro y le entró al color y a las cámaras digitales, abarcando lugares y temas que fueran más allá de la Ciudad de México

“No sé si yo llegue a la fotografía o si la fotografía me llegó a mi” platica Andrade sobre sus orígenes , recordando que desde niña le gustaba tomar fotos, uniéndose al Club Fotográfico de México en 1973.

“Me fascinó y de ahí no he parado”. Andrade lo mismo trabajo como fotoperiodista en un inició en Vanidades y en otras revistas del corazón, como en una publicación dedicada a la maternidad llamada Mamá, donde fotografiaba bebés y niños.

“Lo hacía para ganar dinero y de manera paralela hacia mi trabajo personal”.

Lo de Andrade siempre ha sido retratar lugares, con su fotografía ubicándose dentro aquello que se conoce como foto de la calle.

“Es el ir vagabundeando por cualquier lugar, ya sea que yo lo elija o que el lugar me encuentre”.

De la foto la fotógrafa rescata su capacidad de detener un momento. Con “un fluir de las cosas que no se detiene nunca y que de repente en alguna fotografía, alguna porción de ellas queda grabada en imagen que se puede ver por siempre”.

Menciona al fotógrafo norteamericano Robert Frank, como una influencia inevitable para su propio trabajo.

“Actualmente en México hay una foto muy vigorosa, con fotógrafos en pleno desarrollo y proceso, y con otros que ya están madurando su mirada y que son excelentes. Existe una gran cantidad de actividades y exposiciones, y lugares como el Centro de la Imagen y el Foto museo Cuatro Caminos “

“Estamos en un momento lleno de energía en la fotografía mexicana”.

Se le cuestiona a Andrade si la fotografía se puede realmente convertir en reflejo de un país

“No lo sé, es tal la cantidad de miradas que hay en México y tan personales , donde cada quien vive México con sus propios antecedentes personales”.

“Dónde lo que vemos día con día si establece cierto tipo de mirada. La misma geografía, lo que sucede en nuestras calles y nuestra cultura ejerce una gran influencia en cómo vemos lo que nos rodea”.

De vuelta a su exposición en Oaxaca, Andrade invita a los espectadores a compartir con ella su visión, lo que le gusta y el cómo lo ve.

“Mi manejo del color y las atmosferas. Una exposición es como establecer un dialogo con el público, con algunos hablare con gran simpatía y con otros no”.

“Mis fotografías son un reflejo de lo que yo soy, de un carácter y una manera de ser. Eso es lo que establece una complicidad con los espectadores”.