El Chile del doble, triple y cuádruple discurso de Leonardo Videla

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Por Rodrigo Islas Brito

“La revolución entendida como la instalación institucional de una insurgencia no lleva a ningún lado, es un momento solamente”.

El chileno Leonardo Videla se declarará contrario a la institucionalidad permisiva disfrazada de cambio que hace uso de mecanismos que permiten que el poderoso se quede con la parte del león en cualquier transacción.

“Michelle Bachellet es una secuaz de toda una pandilla de hacedores de políticas que han continuado el modelo de la dictadura con leves modificaciones”.

Escritor, poeta, pensador, Videla estuvo en la ciudad de Oaxaca (a la que considera “proliferante siempre abierta a la posibilidad de escuchar voces distintas, con una densidad de ansias de diálogo”) para presentar su libro Las leyes de la Herencia, once relatos y fragmentos narrativos, algunos con un frontal corte autobiográfico que según el entrevistado “acerca y aleja la figura del autor de la figura del narrador y trafica con su biografía”.

De su más reciente libro Videla advierte que versa sobre la herencia literaria, sobre esos modos de producir textos en el presente en función de los textos del pasado. Modos en que se heredan ciertas formas discursivas, consciente o inconscientemente.

“La Herencia cultural de la dictadura en Chile abarcan esas formas de escribir que no están tan ajenas a las formas en la que se nos obligo a pensar la dictadura militar a los chilenos, en las formas en la que nos llevo a humillarnos unos a otros”

Para Videla escribir es un hecho físico y también simbólico, donde saldas cuentas con ciertas figuras, ya sean reales o no. Donde cada libro funciona como una especie de desquite, de vendetta.

Autor de libros de poesía como La escalera anterior y Safari, y de una novela , Campo de tiro, que presentó hace unos años en Oaxaca , que contaba una historia donde se mezclaba apuntes sobre los mecanismos de dominación dentro de los congresos científicos y el recuerdo de un agrónomo que descubre una cura para eliminar el hambre en la Alemania nazi de 1936, Videla considera que para los chilenos no es que sea inevitable el hablar en el exterior de la dictadura militar de Augusto Pinochet , sino que simplemente es consecuencia de tener conciencia que aquello que marcó un antes y un después en la historia contemporánea chilena.

“La herida de la contrarrevolución que fue dictadura se puso peor con el advenimiento de una democracia controlada a principios de los noventas. Todos sabemos ahora que solo fue un amago de democracia. Un coletazo de la dictadura”.

“La naturalización de esas formas de transar socialmente, donde todo absolutamente esta mediado por la ganancia, el dinero, y la destrucción sistemática del otro . Donde si tu no me sirves simplemente te ninguneo, te hago nada”.

“Es la estructura política del poder en Chile, los mismos patrones de violencia, un taladrar constante del otro. Por eso el tejido social en mi país está completamente descocido”.

“No hay una posibilidad actualmente de poder dialogar hacia una visión amplia del país o del concepto de Chile dentro de la visión de otras naciones. Estamos muy aislados de Latinoamérica”.

Videla se refiere al proceso constituyente que se inicia por estos días en Chile para definir una nueva constitución

“Tengo mis dudas , es probable que el proceso se quiebre o demore mucho , porque creo que de alguna forma muchos están cómodos con la institucionalidad actual , a pesar de todas las criticas”.

Sobre la imagen internacional del estudiante chileno como un factor de cambio, de transformación, que en base a un activismo social frontal ha terminado por causar que el Congreso chileno haya aprobado ya una ley que garantiza que doscientos mil universitarios chilenos tengan hoy acceso a una educación gratuita y de calidad, Videla cita al literato mexicano Heriberto Yepez.

“Este escribiente replica con sus palabras las palabras de la ley y no quiere darse cuenta de que lo está haciendo”.

Videla recuerda que durante los momentos más álgidos de los movimientos universitarios en Chile se pensó y se pensó mucho.

“Pero empiezas a notar rápidamente que como siempre se empezaron a replicar las estructuras de poder contra las cuales se ha pretendido luchar”.

“No sé si en Chile haya alguien que esté pensando en el concepto de calidad de la educación. Se sigue dando vueltas al discurso de acuerdo a una dimensión de corte financiero gremial, pero nadie va al trabajo en el aula, que es lo que pasa ahí. ¿Donde está la posibilidad de una verdadera reforma educacional”.

Con ecos a lo que sucede en Oaxaca, Videla dice que no es solo que la cúpula política chilena que nunca ha pisado un salón de clase no esté pensando lo que en el salón sucede.

“Es que también lo profesores no quieren pensar y entregar algo de esa rebeldía que les es tan propia , para poder resolver los problemas internos del aula .Con estrategia de comunicación modernas, no miopes , que apunten a lo local pero que no se nieguen a un campo de concierto mucho más amplio”.

Videla se refiere entonces al último cuento homónimo en Las leyes de la Herencia , sobre la gente que no lee

“Porque el bienpensantismo nos dice que si la gente leyera mágicamente se podría reestructurar una noción de comunidad o una apropiación más acabada de la historia”

“Eso de la gente no lee , es un discurso opresivo que está dirigido desde las capas letradas hacia la gente que ellos suponen no letradas . Una especie de dictadura letrada. Al poder le puede convenir que la gente lea si eso es lo que el poder quiere”.

De México y su violencia inacabable de fosas clandestinas, el chileno asegura que hay autores mexicanos que han indagado en esto sin la trivialidad de la denuncia . Cita a Yuri Herrera y su novela de extractos Trabajos del reino, donde metaforiza los imposibles de un país que ha vuelto al virreinal acto de cortarle la cabeza al bufón , en un acto democrático para todas la esferas.

De la dictadura chilena y su representatividad literaria Videla cita a sus paisanos Alejandro Zampra y Lola Fernández, como aquellos que han “apelado a la reconstrucción de un periodo de la dictadura , tomando los hilos de una cierta infancia o adolescencia perdida , un camino que se cercenó”.

“Germán Marín, un escritor muy importante en Chile, por su parte hace una representación del poder y de la violencia vivida dentro de la dictadura. De ese proceso de angustia filial que viven los hijos de la dictadura”.

Termino que Videla admite que también le aplica biográficamente solo por el hecho de haber nacido durante un régimen militar que hace cuarenta y dos año dio un golpe de estado, asesinando y desapareciendo a miles de seres humanos en los años subsecuentes.

“Este volver una y otra vez hacia esta herida, hace que en Chile ya estemos haciendo de la dictadura militar un monumento nacional”.

Respecto a una posible reconciliación nacional chilena, el autor recuerda primero a la “gente que en tiempos del gobierno de Unidad Popular fueron sus sostenedores y que hoy en día lo han concedido todo”.

“Yo creo que ya todos están reconciliados bajo el signo de pesos. Una cierta rebelión tiene que elevarse sobre ese modelo”.

“Las posiciones de izquierda y derecha hoy están cruzadas por intereses corporativos, grupales y tribales. Chile es un país de seis familias súper millonarias que controlan los medios, la industria, y que se reúnen constantemente para poder aplacar al país”.

“Sus tribus siempre han estado reconciliadas. La reconciliación existe desde que liberales y conservadores formaron el famoso Club de la Unión y se repartieron el país”.

De la poesía chilena el entrevistado recuerda que mucho se le manejó a esta bajo la figura del poeta único, y que esto ha llevado a que los poetas chilenos estén siempre buscando en erigirse en la voz única que cante al país, algo que mucha gente en Chile quiere aplaudir

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“Raúl Zurita en su momento se instituyó como el gran poeta chileno que era capaz de cantar el tránsito a la democracia. Bajo su tutela surgió Héctor Hernández”.

Videla afirma que es ridículo pensar en un solo canto sobre el pueblo, sobre todo cuando ese canto quiere apropiarse de la diversidad de todo un país tan solo con motivos turísticos.

Está claro que si las preguntas siguen sobre Leonardo Videla, las verdades se seguirán triplicando. Pero toda entrevista en algún momento tiene que terminar.