ISONOMÍA: LA GRAN COYUNTURA ELECTORAL 2016

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Por Alberto Alonso Criollo

• Los riesgos de las alianzas.

• Los problemas en el PRI: la inelegibilidad de Murat.

Y como resistirse a la reflexión sobre la intrincada coyuntura Oaxaqueña actual, marcada por la competencia de precandidatos y partidos en la búsqueda de los puestos de representación popular en municipios, congreso y la misma gubernatura del estado. Todos los actores se mueven en un escenario de complejidad, marcado por la diferenciación, la alta competencia y la presencia de ´n´ variables que inciden en el proceso.

A problemas complejos; soluciones de la misma naturaleza. Las campañas son cada día más complicadas y costosas, se oye por doquier. Y efectivamente, los actores tienen claro que el gran nivel del desafío que se implica en la participación en este tipo de procesos. La posibilidad del triunfo exige el concurso de estrategias y de candidatos que deben ser sometidos múltiples filtros de idoneidad social, jurídica y política.

Obviamente, en la época del creciente cuestionamiento de la función de los partidos políticos; se incrementa la importancia de los perfiles, incluyendo la legitimidad, de los candidatos. No hay ganancia para los partidos en subir a la competencia electoral a candidatos vulnerables, de dudosa reputación o que no cumplen con los requisitos legales estrictos para su postulación.

En el caso de Oaxaca los diversos estudios de opinión, prefiguran escenarios de alta competencia en donde la única posibilidad de ganarle al PRI, está en la conformación de una macro alianza que parece lejana. En su natural pragmatismo y compulsión de poder, los actores en los partidos de la vieja alianza, no están demasiado entusiasmados con la reedición de aquel proyecto aliancista 2010.

Ellos perciben, de modo incorrecto, que no hubo rentabilidad política satisfactoria en la experiencia que se propició con la alternancia oaxaqueña. Más aún, los soportes principales de esa alianza, sobre todo PAN y PRD van a la baja. Ahí se percibe el riesgo creciente que se implica en continuar en esos procesos aliancistas que desdibujan las identidades partidarias en sentido negativo y que les reduce el caudal de votos.

No es casual PAN y PRD hayan perdido un importante volumen de votos de 2010 a la fecha en las distintas experiencias aliancistas en el país y en nuestro estado, a favor de varios partidos pequeños y emergentes, sobre todo de MORENA, partido de creciente importancia electoral. Y conste que esta elección 2016 pudiera propiciar el crecimiento más acelerado de ese mismo partido.

En el caso del PRI, las cosas son diferentes. Ellos bien saben que el principal enemigo del PRI es el propio PRI. En ese partido la batalla librada por verdaderos pesos completos de la política oaxaqueña, parece decidida por los ejercicios demoscópicos y por el tremendo problema que significa la imposibilidad legal de postular al candidato Alejandro Murat. Por donde se le vea, la vulnerabilidad legal de esa postulación sugiere inverosímil que la cúpula priísta se arriesgue con esa nominación.

Y es que el alegato de los derechos de sangre o de derecho pro persona, del joven Alejandro Murat no alcanzan para salvar su impugnable candidatura. Los documentos son contundentes en la medida que acreditó ante el mismo gobierno del Estado de México, su residencia ininterrumpida como requisito para obtener el fiat notarial en esa entidad en el año 2011. Ahí no hay para donde hacerse, esa es una huella imborrable en donde el daño ya no se puede reparar.

El argumento de que la maquinaria federal obligará a las salas de justicia electoral para allanarle el camino a la candidatura que se comenta se presenta como muy difícil de procesar, dados los altos costos políticos, en imagen institucional y prestigio de los tribunales, además de los sistemas de control constitucionales que han demostrado eficacia indiscutible.

No cumple el joven Murat, con el requisito de la residencia ni con el de ser nativo del estado; tal y como los determina el artículo 68 constitucional. En cierto sentido, es una lástima que este joven prospecto esté fuera de la posibilidad de contender. Sin embargo, la ley es la ley y no se puede apostar a una interpretación muy forzada para alentar las aspiraciones de este candidato, salvo que de lo que se trate, sea impulsar una estrategia catastrófica en el seno de ese partido.

• Presidente del Órgano electoral Oaxaqueño período 2011 al 2014.