El lado B de Manuel de Cisneros

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Por Rodrigo Islas Brito

Manuel de Cisneros acude a su Lado B, pintando desde 1989 el artista declara que lleva desarrollando, purificando y modificando a lo largo del tiempo un aprendizaje académico sobre la anatomía.

“Vuelvo hacia ese origen” dice el pintor, mientras a su espalda lucen los cuadros de tipos desnudos, anatómicos, de contornos y huesos anónimos atados a lazos que los detienen, los inmovilizan, los sustraen.

“Mis temas van sobre el padecer interno del ser humano. Ese que puede querer ocultar pero que siempre está latente”.

“Coloco cuerpos anatómicos relativamente perfectos, porque no lo son ni lo estoy buscando. Mis personajes están expuestos en su padecer hacia la gente que los está viendo”.

Hincados, agachados, susceptibles e inertes en sus pensamientos, De Cisneros los define por una técnica del dibujo que los gotea, los deshace.

“El padecer atado al sufrimiento, el rojo como dolor y amor, como sangre, componente básico de la vida humana”.

El titulo de Lado B viene del trabajo hace tiempo del pintor como DJ, con acetatos y vinyles.

“Por lo general solo utilizábamos el lado A, donde venia la canción más popular, la más conocida, la que se tocaba en la radio. El lado B se olvidaba, no era tan tocado porque no era tan rítmico”.

“Eso que hice lo equipare con la técnica que estoy utilizando. La pluma, el bolígrafo sobre el lienzo. Si te acercas, vas a ver los rayones, están fuera del propio contorno de los cuerpos”.

De Cisneros se ubica en un punto de madurez y libertad de su devenir artístico, “de darme oportunidades como artista. De la técnica, la de aceptar ciertas cosas que como joven en su momento no aceptas sino rechazas”.

“No me encasillo en una corriente. A lo que hoy hago lo llamo darketiano porque suele ser muy oscuro en sus temáticas”.

“Mis cuadros tratan de alcanzar un efecto espejo, que espectador se vea reflejad. Obvio los vas a rechazar o lo vas a aceptar y lo vas a mirar más de cerca”.

Plan B se mantendrá hasta mediados de diciembre en la Galería Quetzalli, además de que su trabajo también quedo expuesto el pasado 25 de noviembre en el museo Casa de los Muñecos, en la ciudad de Puebla.

Manuel De Cisneros sabe que para que haya un lado, debe existir un lado B que lo explique y lo detone en su discurso. No hay luz sin sus buenos concentrados de sombra.