Tristes buscando época

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Por: Rodrigo Islas Brito

“Es la generación más tonta que jamás se había visto, con el arma más poderosa que jamás se había descubierto”.

Los Tristes, en voz de Samuel Guzmán, uno de sus integrantes, se definen en el Internet. En esta generación de la basura instantánea donde toda la porquería, la belleza y toda la sapiencia del mundo se encuentran al alcance de un solo click.

“El arte y la cultura actualmente están muy  por debajo de otras generaciones, donde se crearon cúspides y movimientos. Nos deberían de llamar, más que Millennials, la generación del internet porque realmente vivimos ahí.

Comenta Asaph, escritor y fundador del Festival  los Tristes. Escritor, con una carrera trunca en mercadotecnia, quien decidió conjuntar con Virgilio Bautista, encargado de la programación, América Díaz, directora de logística, Alberto Duarte, director de medios, y el ya mencionado Samuel Guzmán, coordinador de relaciones con artistas (y de panchanguear), un colectivo que se anuncia efímero, pero que muy en el fondo y en el exterior de su tristeza, aspira algo a lo que hoy aspiras muchos: sinceridad.

“Futuro no tenemos, estamos proponiendo tener un festival pasajero. No decimos vamos a hacer en un año el siguiente festival. Lo que está ahora es lo que va a vivir, no hay más”.

Asaph se refiere  la fiesta del Diablo realizada el pasado 31 de octubre. Presentación   del festival de arte multidisciplinario de Los Tristes, programado para el próximo 27 de febrero del 2016 en el Museo del Ferrocarril.

“Tenía las ganas de hacer una fiesta, ya sea por la nostalgia del pasado, de lo que fue muy bueno y ya no es. La idea empezó como mezclar el arte con una fiestesota. Eso evoluciono a otra cosa más grande”.

“Lo que buscamos ahora ya no es solo la fiesta. Sino crear una plataforma donde todos estos artistas que no tienen la oportunidad de expresar o exponer su arte en galerías, lo hagan con nosotros”.

Efímero pero no vulnerable, los fiesteros pero Tristes, se han endeudado en sus ganas de significar su propio espacio y compartirlo con los demás.

Guzmán, quien hace documentales  y como carta de sinceridad  afirma tener “una trayectoria muy poco notoria en las artes visuales”, conceptualiza lo que hay.

“Estamos en una época donde eres celebridad si tienes smartphone  y te haces un vividor de Instagram. Y con los seguidores  y los likes ya ni siquiera tienes que buscar un empleo”.

“Ya lo dijiste todo, ya no puedo decir nada de eso” comenta Alberto, al tiempo que un ruido de construcción que suena a una locomotora de miedo, nos obliga a todos a abandonar el patio donde se desarrolla la entrevista.

Asaph comenta que para que una galería acepte tu chamba, hoy tú como artista  tiene que ofrecerles lo que se venda como pan caliente, es decir exotismo y cosas peores. “Si no te la pelas”.

“Lo que tenemos es presente, queremos crear galerías efímeras, donde el arte no tenga un tema sino se mezcle y exista en un solo momento y desaparezca”.

Guzmán comenta en la fiesta del 31 de octubre  hubo un grupo, Monos, “que no había escuchado y que tocan muy chingon”.

“Me volaron la cabeza, estuvo muy chido. Es de esos grupos a los que solo utilizan como teloneros, y a veces ni los toman en cuenta”.

Respecto a los procesos de adaptación a un mercado, Los Tristes opinan que hoy los artistas solo se adaptan para ganar,  y que lo que pierden en el camino, es bastante.

“Exponen en galerías, en museos, artistas muy poco gratos en su arte”.

Los Tristes se ponen rudos y comienzan a sacar nombres de artistas a los que califican, sino como “un street art de propuesta pobre”, como al Dr Lakra, si como “artistas del presupuesto oficial“, como el todo terreno Fernando Andriacci, o el colectivo ASARO , para los que Samuel Guzmán tiene un comentario muy en particular.

“Son conocidos y su chamba está bien culera, yo de ASARO  súper en corto te digo que se la pasan pintando Zapatas y el gobierno les da dinero sin importar su proyecto”.

“Banda que se siente subversiva, pero reciben un varisimo del gobierno y eso no lo informan. Y no tiene nada de malo eso, lo raro es que son espacios que dicen que están en contra de lo establecido, pero que se dejan llevar por la corriente”.

Se le pide a Asaph que ahí pare la lista (que parece ser más grande) que la cosa no es pelearse. Asaph dice que la idea no es esa.

“Sabemos que hay un proceso de adaptación, unas reglas, que el arte no es lo que tú quieres que sea, sino lo que te imponen que sea. Pero no queremos eso. ¿Quién nos va a obligar a seguir esas reglas?

“Nos gusta el dadaísmo, el movimiento pánico. Pero no los vemos como inquebrantables. Sino maleables y adaptables a lo que queremos hacer”.

“No queremos un movimiento estricto sino simplemente un movimiento de creación en el que no tengas que a fuerzas circunscribirte a  lo que te dicen que ya se constituyó y que no puede ser violado”.

¿Pero dónde piensan  estos tristes que va su calidad de subversión, de rompimiento?

El hasta ahora inédito en esta entrevista Virgilio Bautista contesta:

“Nuestra subversión va en un proceso y está empezando a despegar. La tirada  es descentralizar los espacios. Hacer un arte general para muchos o para unos cuantos”.

Alberto  define que en el  Festival de los Tristes  contemplan  exhibición de películas,  de obra grafica, de performance y la “inclusión de artistas de todo tipo”.

“Dar ese espacio que se nos  niega. Oaxaca Cine, Oaxaca Film Fest, de oaxaqueños no tienen nada. Somos una resistencia que está empezando”.

América dice que Oaxaca puede ser una cuna de artistas en el discurso, pero que al final el arte verdaderamente no se explota.

“Oaxaca se conoce por tres o cuatro artistas que solo quieren recabar cosas para ellos. Por eso lo meten  todo a una galería”.

Pero ya dijimos que no habría más nombres, que la cosa es construir. Asaph asegura que señalar también es construir, que  hoy “hay apoyos de gobierno para artistas e iniciativas, y nosotros no buscamos ese tipo de apoyo”.

“Queremos ser independientes, autónomos, autogestivos. Si las cosas van a salir mal o bien, de todas maneras saldrán a nuestra manera”.

“Pedir un apoyo de gobierno sería como vender el alma de Los Tristes inmediatamente. Los Tristes se trata de sexo, se trata de arte, se trata de ser frontales”.

Se le pregunta a Samuel si no está muy romántico su concepto, aunque se le pide que profundice en la cuestión del sexo.

“Las cosas que más venden en el mundo de manera instantánea son el miedo, el amor y el sexo. Los Tristes somos fans del libertinaje”.

La cosa esta clara. Tristes libertinos, por eso aquello de anunciar sus reventones  como una Fiesta del Diablo.

Asaph le pide al entrevistador que no sea cuadrado. “No vamos a comer animales, ni a hacer  misas  negras. El diablo es también un sinónimo de libertad, de romper  paradigmas, brechas generacionales, de salirse del dogma para crear algo aparte”.

Una hora antes de esta entrevista Los Tristes se han enrolado en la grabación de una capsula para una televisora oaxaqueña, que han llegado diciéndoles que los habían tomado en cuenta  en su búsqueda de “espacios alternativos”.

Después durante la grabación de la capsula han mandado a los menos guapos o a los que tienen facha de que pueden decir algo fuera de orden , a un cuartito apartado del lugar donde han instalado su efímera galería.

“Fue un comercial para vender” define Asaph como allanando explicaciones.

“Por el bien del festival hubo que quedarse guardadito un rato” justifica el abnegado Samuel, quien se la pasó sus veinte minutos de fama contando chistes en un cuarto oscuro con un lavabo en ruinas.

A la joven pintora Isabel Gijón, una de las artistas integrantes de la exposición, el productor de la capsula  le dijo que se pusiera a ver unos grabados, cuando ella le dijo que esos grabados no eran parte de su obra, el productor le respondió con un “eso es lo que menos importa”.

“La verdad es que no les interesa el arte. Los medios que  nos han entrevistado han hecho un desmadre con lo que les hemos dicho. Le dijimos a uno compas reporteros que pensamos que los millennials apestan. ¿Y qué es lo que ponen en su nota? Millennials hacen festival “

“¿Por qué nos catalogan en algo que detestamos? Pues porque no les interesa”

Externa el ya no tan abnegado Samuel, mientras Asaph acepta que la capsula “fue un comercial sobre lo que supuestamente es el arte, pero que solo se queda en la fachada”.

“Estamos buscando nuestra época. Tú dijiste que somos esto, pero no, entérate de lo que realmente somos. Somos independientes y nos rascamos cada uno con nuestras propias uñas”.

América ha hablado y sus colegas la escuchan claro, Virgilio agrega que “este festival está hecho para el carnalismo y la empatía”.

“No es fácil hacer un festival pero no es imposible”.

Los Tristes agradecen a los artistas que les han confiado su obra para que exponerla, Isabel Gijón, Jorge Victoria , Laura Cravioto , Estefania Tirado, Jalil Olmedo, solo por mencionar algunos.

A patrocinadores que los apoyaron  como Lobo Azul y La nueva Babel, entre una generalidad que calificó su esfuerzo como  una “idea surgida por puro olor a mota”.

En diciembre los Tristes anuncian las Posadas del Diablo, cuestión que nos hace regresar al tema del sexo y el libertinaje.

“Es importante la palabra sexo se coloque en el tablero. Es una palabra importante para nosotros los jóvenes, porque la verdad es que queremos coger”

Virgilio está de acuerdo con Guzmán, agrega que “el sexo es salud mental”.

“El sexo de esta generación es fácil. No solo se coge físicamente, hoy esta tan fácil como enviar un whats up”.

Aunque presumen que se las saben de todas en eso de las relaciones, estos tristes de 21 a 27 años se la pasan platicando de ellas, comparando anécdotas que la mayor parte de las veces terminan con un cerrón físico en las narices.

Pero algún momento el recuento de tanta “tristeza” tiene que terminar.