Fonambulistas de la música: Monocodio Trío

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En el marco de la Feria Internacional del libro de Oaxaca (FILO), Monocordio Trío, proyecto musical del periodista y músico Fernando presentó su espectáculo llamado ‘Pájaros y Cuchillos’ en la ciudad de Oaxaca.

Junto a los hermanos José María y Alonso Arreola invocaron al amor y desamor, a la vida y a la muerte y a sus demonios eléctricos favoritos.

Monocordio es el proyecto musical al alter ego sonoro de Fernando Rivera Calderón, con 7 discos grabados y 15 años en la escena ha tenido diferentes alineaciones conformadas por músicos de México y Argentina.

El sonido de Monocordio se ha movido a través del tiempo de lo electrónico a lo folk, y del bossa nova a lo sinfónico. Los alientos, las cuerdas y los metales han sido una característica de sus presentaciones, ya sea en el Teatro de la Ciudad o en el Festival Vive Latino, convirtiendo a Monocordio en una pequeña orquesta.

En esta ocasión ese ensamble polifónico fue reducido a la crudeza sonora de un trío compuesto por bajo, guitarra eléctrica y batería.

Previo y en entrevista con los medios, Fernando Rivera Calderón relató el encuentro musical de Monocordio con los hermanos Arreola.

“Alonso y Chema son unos buenos cómplices para poder entender como tenía que sonar mi música. Como ambos escriben, hacen periodismo, compartimos ideas en común y debatimos sobre política, la sociedad, del arcoíris y el mezcal, fue una buena cuartada para poder estar juntos y conversar de esto que nos gusta.

Sobre el desafío de interpretar canciones que ya habían sido éxitos y algunas nuevas rolas Alonso Arreola sostuvo que “todo proyecto presenta sus propios retos, pero lo más interesante es que siguiera existiendo la voz de Fernando, el espíritu de sus canciones con una textura diferente y arreglos distintos, para entrarle a las canciones sin miedo, sin pudor.

Chema Arreola va más allá y agrega que “el encuentro no significa colgarnos los instrumentos, sino refrendar la amistad, hablar de las cosas que nos hacen importantes con vinos y viadas de por medio con todas las consecuencias eso trae en cada ensayo, es un reto muy gozoso”.

Metafóricamente Alonso Arreola comparó el sonido musical de Monocordio – bajo, guitarra eléctrica y batería- :

“Es como la bajada de Zaratustra a la plaza cuando ve al funambulista, es un riesgo, pero también una vulnerabilidad, porque mientras menos músicos estén en el escenario lo que muestras es una desnudes y fragilidad que compartes con la gente. Es lo atractivo de los formatos pequeños y me gusta”.

Chema Arreola agrega: “Es un escenario de riesgo, pero patológicamente lo disfrutamos mucho”.

Sobre el homenaje que ofrece la Feria Internacional del Libro de Oaxaca (FILO) a la trayectoria de Jaime López, Alonso Arreola dijo:

“Es un gran amigo y aliado nuestro, lo admiro y trabajar con él es un verdadero privilegio, en su persona hemos encontrado uno de los reflejos más sólidos a la seriedad, el compromiso y la creencia en los procedimientos profundos de trabajo”

“o puedes ver en el escenario solo con su guitarra haciendo locuras, pero detrás de eso está un individuo que le importa la literatura y el lenguaje de una manera increíble”.

Por su parte Fernando Rivera Calderón indicó: “Jaime López es un maestro impresionante, de los primeros músicos en México que escuche de México, su obra me permitió sentir una identidad de lo que estaba cantado”.

Y agrega: “Escuchar a Jaime, a Rodrigo González, es oír amantes de la palabra, que lograban conectar con una emoción que tenía que ver con la urbe que estábamos viviendo en ese momento -1985- con esa ciudad recién devastada después del temblor, entre las ruinas, lo que podía quedar después de eso.”

 “Ahora compartimos escenario, somos amigos compartimos aventuras e inquietudes”, remata previo a concluir su encuentro con los medios de comunicación.