Si para el amor no hay edad, para aprender a leer tampoco: José Luis Martínez

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·         El estudiante de 62 años cursa la secundaria con computación en Plaza Comunitaria del IEEA.

 

Miahuatlán de Porfirio Díaz, Oax.- “Como reza el refrán, <<para el amor no hay edad>>, entonces yo digo que para aprender a leer tampoco”, expresa don José Luis Martínez Robles, estudiante de secundaria de la Coordinación de Zona de Miahuatlán, perteneciente al Instituto Estatal de Educación para Adultos (IEEA).

Con 62 años de edad opina que para aprender a leer y escribir o estudiar la educación básica no importa la edad de las personas, todo es posible mientras se tenga disponibilidad,  deseo y amor a adquirir nuevos aprendizajes.

Don José no sólo se conformó con alfabetizarse, sino también se propuso aprender el uso de las tecnologías de la información, para lo cual acudió a la Plaza Comunitaria “Miahuatlán”, ubicada en el centro de la población, donde Rosa Hernández Pedro, encargada del apoyo técnico y Maribel Santiago Bohórquez, responsable del espacio educativo, le enseñaron desde prender la computadora hasta investigar en internet.

Ahora cursa su educación secundaria mediante el Modelo Educación para la Vida y el Trabajo (MEVyT) en Línea, una modalidad implementada por el Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), que da la oportunidad a las personas jóvenes y adultas de estudiar su primaria o secundaria por medio de las computadoras e internet, al acceder a los módulos educativos, realizar tareas y  evaluaciones.

Todo lo anterior de manera gratuita, ya que cada Plaza Comunitaria de las 135 que tiene el IEEA distribuidas en las 8 regiones del estado, cuenta con 10 equipos de cómputo con acceso a internet, sala audiovisual y de asesorías, donde 29 mil 851 oaxaqueños y oaxaqueñas mayores de 15 años  se alfabetizan o estudian la educación básica.

Originario del municipio de Oaxaca de Juárez, el señor José comenta que en el Instituto encontró desde hace algunos años la oportunidad de aprender a leer y escribir, estudiar la primaria y ahora la secundaria, pues siendo niño no pudo asistir a la escuela porque su familia lo abandonó y tuvo que trabajar en distintas partes del país.

Desde hace más de dos años, vive en la Casa Hogar para adultos mayores “Simón de Cirene A.C.”, en donde le brindan asilo y alimentación. Todos los jueves por la mañana, con pasos lentos pero firmes, camina alrededor de dos kilómetros para llegar al espacio de conocimientos, su objetivo es terminar la secundaria y continuar con los estudios de preparatoria, en la modalidad virtual, porque “ya no le tiene miedo a usar la computadora”. 

“Antes pensaba que no era importante utilizar la computadora, pero ahora me doy cuenta que es una herramienta, pues vengo a la Plaza Comunitaria y escribo mis propios pensamientos de acuerdo a mi experiencia de la vida y recuerdos”, dice Martínez Robles al momento de mostrar escritos de su autoría.

AMOR INCONDICIONAL

Busco el amor de la mujer que mi madre me negó un día al nacer,

busco el cariño de la mujer que mi madre se negó a ofrecer.

Busco a la mujer que comparta conmigo los años que me queden de vida,

busco una mujer no importa como sea,  no importa si es casada,

dejada, viuda o divorciada o ya sea madre soltera.

 

Yo lo que quiero es ser feliz,

dejar todo el sufrimiento y las injusticias que he vivido hasta ahorita.

Yo quiero a la mujer, no para hacer el placer sino para amar, querer y comprender ya que para mi edad y los años que tengo, ya no puede ser por mi salud.

 

El amor no es nada más hacer hijos y que la mujer los traiga al mundo a sufrir

el amor es comprenderse y apoyarse mutuamente el uno con el otro,

en todos los problemas que tengamos en la vida.

 

A veces piensan que yo estoy loco,

estaré loco pero también enfermo del corazón

pero actuó de una manera extraña en mi vida

que hasta yo mismo me crítico y me ofendo.

Como soy y lo que soy por falta de amor, cariño y comprensión,

una orientación positiva y sin burlas hacia mi persona.

El amor incondicional es buscar y encontrar la felicidad que uno quiere

espero que a la mujer que le entregue este escrito,

sepa comprender y valorar el verdadero amor que le tengo como amigos.