Masacre de la Narvarte, con implicaciones para generar terror: Diego Osorno

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“Me parece que la masacre fue hecha por expertos, con gente con una preparación especial por el nivel de saña, de sometimiento y de tortura. Tengo entendido que usaron silenciadores, ahí hay un grupo especial del crimen organizado o de una corporación policiaca”.

Comenta el periodista Diego Osorno sobre los asesinatos de la colonia Narvarte, en los cuales el fotoperiodista Rubén Espinosa, la activista Nadia Vera, la estudiante Yesenia Quiroz y dos mujeres (una de ellas de nacionalidad colombiana) que todavía no han sido plenamente identificadas, fueron asesinados, por los que las autoridades identifica ya como tres sujetos, de los cuales hasta el momento de terminar esta nota, existen versiones periodísticas que señalan que ya uno de ellos ha sido aprehendido.

“Desde hace años siempre se ha dicho que el D.F es una especie de oasis donde no pasa la violencia que pasa en otros lugares. Que tenía un saldo blanco en cuanto a ataques tan graves contra la libertad de expresión”.

Osorno exime que con el reciente asesinato múltiple se rompe una de las pocas islas de tranquilidad que había para activistas y periodistas en situación de persecución, sobre todo si se toma en cuenta que Espinosa y Vera venían escapando del autoritarismo del gobierno veracruzano del gobernador Javier Duarte, al que identificaron como su perseguidor y responsabilizaron de cualquier cosa que pudiera sucederles.

“Tengo amigos activistas que en un momento de tensión con sus alcaldes, gobernadores o cuerpos policiacos locales se iban al D.F. y se sentían aliviados y seguros”.

Osorno, quien le dio luz a masacres como la ejecución y desaparición de 300 personas en Allende, Coahuila a manos del narcotráfico, reconoce en Espinosa y Vera a un periodista critico y a una activista muy comprometida con la denuncia de los crímenes contra periodistas.

“Se cambia el paradigma” reconoce Osorno, cuenta que en sus muchas visitas a Xalapa, Veracruz, el veía a la sociedad civil muy unida con un grupo de periodistas, a raíz del caso de los asesinatos de los reporteros Regina Martínez y Gregorio Jiménez, y de una larga lista de agresiones, crímenes y desapariciones cometidos contra comunicadores.

“Este acto de brutalidad rompe este acoplamiento. Vemos las movilizaciones sobre los 43 de Ayotzinapa, toda la gente que fue a manifestarse, pero lo que no hemos visto es que desertaron muchos jóvenes de la Normal, que muchos jóvenes le piensan en Guerrero y en otros lugares del país en participar en movimientos de protesta contra gobernadores claramente autoritarios o autoridades claramente coludidas con el crimen organizado”.

“La masacre de Narvarte está en esa misma lógica, desarticula, rompe, genera miedo. Seguramente también llevará a que vengan más peticiones de asilo político en otros países. Es un caso cuyas repercusiones no se han dimensionado todavía”.

Diego relata que pertenece a un grupo informal de varios periodistas que han tratado de ayudar a los compañeros periodistas de Veracruz, ya sea públicamente o desde el anonimato. Grupo en el que ahora ha aterrizado la desazón, desesperación e incertidumbre.

Se le pregunta a Osorno si con la cobertura de estos asesinatos, con medios de comunicación ocultando al máximo la persecución de la que venían siendo objeto Espinosa y Vera, omitiendo de antemano la mención de Javier Duarte para cualquier posible hipótesis sobre los acontecimientos, no se perfila ya un muy claro periodismo de estado.

Osorno está de acuerdo en que este existe ya, pero perfila otros dos posibles grupos.

“Uno, es la clase de periodismo que mencionas, conformista con la versión del poder en este y cualquier otro tema, sea un programa social, una masacre o un accidente vial.

Se conforma con la versión oficial, las dinámicas empresariales lo limitan a que se ciña a eso, aunque esta cambie de un día para otro.

Sobre este último espectro, Osorno identifica al segundo grupo, “un periodismo que está en las inercias que se generan desde las oficinas de comunicación social, en el día a día. Que tiene poca oportunidad en la dinámica de trabajo de reaccionar ante el orden trepidante de noticias que se está dando . Y que se va con la versión oficial, en este caso, de que en algo andaban las personas asesinadas”.

Al respecto, Osorno relata que el sábado empezó el rumor de que uno de los muertos era Rubén Espinosa, razón por la que el domingo habló con un amigo reportero suyo del D.F, “un buen tipo tiene conectes y esta reporteando temas como estos”.

“Y él me dijo que Rubén andaba con prostitutas, que se lo habían dicho uno de los policías del caso y gente de Mancera y del Procurador. Lo dijo con vehemencia. En ese momento no sabíamos quienes eran las demás victimas”.

“Había ya una versión oficial. Después se supo que una de las mujeres asesinadas era una activista. Y ahora ya se hace énfasis en la mujer colombiana, que al parecer era mula para un grupo criminal”.

“Este grupo es el que se va con las inercias que se dan en las cañerias del poder, que a veces es muy jerárquica y plantea desinformar y levantar caos, pues ningún gobernante quiere que en su ciudad haya un tema de violencia de género y contra la libertad de expresión”.

“Las cañerías también ya tienen su inercia que les dice que si las víctimas son cuatro mujeres y son jóvenes pues entonces eran prostitutas. Una versión que la mantuvieron circulando y al final se cayó”.

Diego habla entonces de un tercer grupo que es mucho mas critico, que se ha aliado con la sociedad civil y académicos, y tiene un conteo preciso de cada una de las agresiones contra periodistas y las asume como propias.

“En la línea entre el activismo y el periodismo al que el tren de los acontecimientos los ha ido orillando. Si hay un grupo que se alía con el poder, tiene que haber otro grupo que se vaya hacia otro lado”.

“Periodistas que inician una investigación sobre una minera, descubren cosas complicadas como despojos de tierra y se alían con una ONG´s para que esta presente el informe, pues en su periódico a lo mejor no lo van a dejar hacerlo”.

Ante esta escalada de agravios que no terminan, de las cuales pareciera que no hay donde esconderse, Osorno mira un mensaje de terror, de un terror que se tiene que vencer con información.

“Rubén y Nadia formaban parte de un grupo de periodistas y activistas, imagínate, tú como parte de ese grupo, después de ver lo que les paso a tus compañeros, ¿cómo sacas la fortaleza de ir a pararte al zócalo de Veracruz y protestar contra el gobernador, después de lo que pasó?.

“Para reparar ese miedo lo que tenemos que hacer los periodistas es arrojar información y la mayor cantidad de luz que se pueda”.“De esa forma el costo aumenta para los que cometieron este crimen, quizás no se genere justicia ya que desgraciadamente una investigación a fondo en México no la garantiza”.

Osorno mira un panorama muy adverso por venir. “En una democracia el periodismo produce cambios y reacciones en una esfera oficial. Pero aquí no hay grupos que hagan contrapeso porque todos están embarrados de mierda y de corrupción”.

“En una sociedad funcional el buen periodismo produce buenos políticos (porque está escrudiñados y cuidados) pero aquí los malos políticos han contaminado al periodismo”.

El también periodista señala que en México los políticos han contaminado a los periodistas de su desprestigio.

“¿Por qué no hay miles de personas en Veracruz o en el D.F. manifestándose por los asesinatos de la Narvarte?”.

“La gente no sale a la calle después de las muertes de periodistas, no sale a defenderlos. Y eso para mí es lo más dramático”.

“Yo creo que es por el desprestigio que tiene el periodista, quien ha acumulado en los últimos años un desprestigio que se parece al del político”.

“Hoy para mucha gente en México un periodista es casi como un político”.

Para Osorno, todo esto es consecuencia de cómo ahora buena parte del periodismo está controlado por el más recalcitrante oficialismo, teniendo como consecuencia que en un asesinato múltiple donde dos de las víctimas sufrían de una clara persecución política, haya medios de comunicación que digan que se lo ganaron por andar de fiesteros.