El Fuego, el Boicot y la Estrategia

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“El boicot en si es parte de la estrategia, pero que no se acaba ni se reduce al boicot.”

Comenta María del Carmen López Vázquez, integrante del Comité Ejecutivo de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).

Ante la pregunta de si la amenaza y las acciones de boicot del sindicato, para este domingo de elecciones federales es al final parte de una estrategia para el cumplimiento de las peticiones que forman parte del pliego petitorio emplazado ante el gobierno federal.

López Vázquez, tal vez en estos momentos la mujer más visible de la CNTE, habla sobre el kiosko del zócalo de la ciudad de Oaxaca, en el mitin final de una jornada que ha empezado horas antes, a las diez de la mañana, con una marcha de boicot de la jornada electoral protagonizada por maestros pertenecientes a la región de la Sierra y de Valles Centrales.

Resultando los más aguerridos los primeros, quienes fueron los encargados mediante brigadas enmascaradas de barrer con las casillas que la comitiva serrana fuera encontrando a su alrededor, empezando todo con la emplazada a un lado de la gasolinera de FONAPAS, en Avenida Juárez, donde al estilo de “por muy alta que este la tranca y por muy alto que este el saltito” los profes escalaron la reja que les cerraron en la cara para después arrasar con urnas y papelería electoral, a las que quemaron bajo el grito de “¡lucha, lucha, lucha, no dejes de luchar!”

Urnas y boletas de otras cinco o seis casillas le siguieron en la quemazón (cuando se le preguntó a López Vázquez por el número total de casillas destruidas en la ciudad, afirmó que ni la misma CNTE lo sabe), mientras que los votantes y funcionarios de casilla se preguntaban qué había pasado con el anunció del INE de que podían a salir a votar en una garantizada santa paz.

Al amparo del fuego electoral magisterial, alguien les aviso a las maestras y maestros que por ahí estaban los de TV Azteca.

“¡Fuera TV Azteca, junto con Televisa, lacayos del gobierno y enemigos del pueblo, fuera!”

Dos maestras se dieron a la tarea de buscar a los insufactos, a lo que la chica reportera de la televisora se limitó a esconder el logo de su chamarra con la rienda de su cámara. Nunca la encontraron (ni la ubicaron)

Las indicaciones a los reporteros y fotógrafos de que les iban a recoger sus cámaras fueron en aumento, hasta que el contingente de Valles Centrales, el más numeroso de los dos, alcanzó al de la Sierra y los ánimos medianamente se tranquilizaron.

“No hemos caído en provocaciones, tenemos la organización para hacerles frente. Hoy hemos demostrado que nuestra inteligencia supera a la del gobierno federal.” Declararía López Vázquez minutos después.

La estrategia se vio en entredicho cuando un grupo de jóvenes encapuchados llegaron en autobuses tomados y camionetas de bateas pertrechados con garrotes, palos, tubos y lo que parecía una pequeña bazuka, colocándose al frente de la marcha, mientras una compañera reportera me hacía ver que había unos güeros sospechosos (“que ni se veían de aquí”) subidos en un Tsuru rentado que a lo mejor eran orejas (aunque al final resultó que los güeros eran chiapanecos y también reporteros)

Una vez destruidos los cables de una cámara de seguridad del C4, el contingente magisterial, que debían sumar más de mil personas, se dirigió al zócalo ante la expectativa de aviones militares y policiacos federales que cada vez volaban más al ras con una labor claramente intimidatoria y que el magisterio contestó con cohetones y mentadas de madre.

Mientras corría la noticia de que un convoy de soldados armados y con camuflaje había ya pasado por la calzada Niños Héroes con rumbo al Fortín, donde un grupo de policías federales de la Gendarmería Nacional se encontraba a la expectativa. La tensión ante un posible enfrentamiento entre las tres partes era más que latente.

Una vez que los maestros entraron al zócalo, los vuelos cesaron y un silencio ensordecedor y todavía más angustiante se apoderó del centro de Oaxaca.

Siguió el mitin magisterial donde se anunció que la CNTE no está sola, que el pueblo la acompaña, y que sus integrantes no abandonaran el zócalo hasta que no hayan abandonado Oaxaca el Ejército y la Gendarmería Nacional, además de que no dejaran de movilizarse hasta lograr la liberación de los siete maestros detenidos en este domingo de boicot electoral (seis en la región del Istmo y uno más en Tuxtepec.

Quemaron boletas electorales, en un acto que una joven maestra calificó como “purificador, justo minutos antes de que un helicóptero militar regresara a sobrevolar el zócalo, a lo que una profesora de unos cuarenta años, saludo con dos manos y dos dedos en alto con una señal obscena, gritándole “¡regresen a los 43!”

Una vez finalizado el mitin y en la entrevista ya referida, la maestra María del Carmen López Vázquez aseguró que esta “elección federal en Oaxaca debe ser declarada invalida.”

“Vamos a mantenernos como lo que somos, un movimiento pacífico, ustedes vieron.” Le comentó a un grupo de reporteros, en el que algunos la vieron con cierta incredulidad.

Ratificó que seguirán exigiendo la abrogación de las once reformas estructurales impuestas por el gobierno federal y sus legisladores afines, sobre todo en lo referente al Reforma Educativa (de la cual el titular de la SEP, ya anunció que por lo menos en lo concierne a la evaluación magisterial, ya se echó atrás)

“Lo que tiene que hacer el gobierno es resolverlo todo favorablemente y así podemos retirarnos del paro de labores y de la movilización.”

Sentenció la profesora, mientras que una colega suya, que no quiso revelar su identidad, aseguraba lo orgullosa que la ponía que sus compañeras y compañeros de sindicato “se la estuvieran rifando en sus regiones contra esta patraña electoral.”

Después llegó la calma y la gente salió a dominguear con helicópteros militares y policíacos volando a intervalos sobre sus cabezas, y las maestras y maestros apostados y atrincherados en el zócalo. Nada que no se haya visto antes.