1450 encuentra a Robert Valerio (y viceversa)

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“Ya iniciamos esto y no vamos a jugar, ya le entramos y de aquí solo queda seguirle.”

Comenta el escritor y editor Cuauhtémoc Peña sobre 1450 ediciones, la editorial que él y el diseñador gráfico Mario Lugos han levantado con fondos propios y que ya cumple un año como empresa legalmente constituida.

“Desde hace tiempo los dos venimos trabajando juntos y por separado, un día nos preguntamos ¿por qué no hacer nuestras propias publicaciones?”

Comenta Lugos, quien conoce a Peña desde hace veinte años cuando los trabajaban para el Fondo Editorial de IEEPO.

Hoy 1450 enfrenta la que tal vez sea la más significativa de sus ediciones, la reedición de Atardecer en la Maquiladora de Utopías, Ensayos Críticos sobre las Artes Plásticas en Oaxaca, del extinto poeta inglés Robert Valerio.

La cual ha marcado de tal manera la percepción intergeneracional del arte oaxaqueño que en la reciente presentación del libro, Peña cuenta que un pintor se exasperó hasta el punto de gritar que “¡ese texto era una mierda escrito por un extranjero!”.

Juan Alcázar, Marco Antonio Bustamante, Sergio Hernández, Arnulfo Mendoza, Filemón Santiago, Luis Zarate, Raúl Soruco y Francisco Toledo, son solo algunos de los pinceles oaxaqueños a los cuales Valerio expone, cuestiona y confronta.

Peña cuenta que llevó una gran amistad con Valerio, fallecido hace 16 años, considerado en su momento unos de los cien más importantes del Reino Unido y llegado a Oaxaca a finales de los ochentas, donde entró a trabajar como coordinador de exposiciones en el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO).

“Robert realizó este trabajo sobre el estado de las Artes Plásticas de Oaxaca a partir de las exposiciones y las libretas de comentarios.”

Haciendo un investigación con una beca del entonces Instituto Oaxaqueño de las Pinturas (IOC), hoy SECULTA. Al terminar esta investigación y la redacción de su obra, el autor muere en Oaxaca, circunstancias inesperadas apenas a los 39 años.

A Valerio le da una fiebre, un dolor de cabeza, falleciendo una madrugada, sin poder ver jamás su libro materializado ni constatar el ámpula que causaría.

“Es parte de la leyenda, Robert prácticamente fallece al terminar el libro. Se dice que lo mató el esfuerzo para hacer el libro, que se ve reflejado no solo en la investigación, sino en la compleja estructura que alcanza.”

“El libro se vuelve rápidamente un referente y se sigue citando 18 o 20 años después, porque es de los pocos estudios críticos sobre las artes plásticas de Oaxaca.”

Peña recuerda al finado y su teoría (que suena a la de muchos) de que en Oaxaca lo que se lee sobre arte “solo es adulación y publicidad de la pintura y no una verdadera critica.”

“Su Maquiladora de Utopías le vale el perder su trabajo en el MACO, un poco antes de su muerte, incomodando a varios pintores.”

Para Valerio la Escuela Oaxaqueña de Pintura simplemente no existe, contradiciendo con esto al incombustible Andrés Henestrosa, quien inventó el término y diez años después declararía que ya no podía explicar.

“Robert establece que el arte oaxaqueño está compuesto de propuestas y orígenes distintos, con la mayoría de las propuestas plásticas sometidas a las dinámicas del mercado, el cual dicta que maquilar.”

Peña comenta que a tantos años de distancia la Maquiladora de Utopías sigue vigente a tal grado que el libro sigue siendo objeto de descalificación.

“Un texto que incomoda es un texto que está vivo.”

De vuelta a 1450, la cual toma su nombre del año en el que Johannes Gutenberg perfeccionó la imprenta, Lugos establece que su intención desde un prinicipio fue concentrarse en “libros con una temática sobre Oaxaca, o de autores originarios o residentes en el estado.”

Zapatos en las piedras, poemario bilingüe del colectivo de escritores oaxaqueños residentes en Vancouver llamado el Cencerro, y con el activista y escritor Raúl Gatica, originario de Tlaxiaco, como principal eje creador, fue el punto de arranque

A este le siguieron libros de investigación como El peregrinaje chatino, de Moisés Soriano (gozosa monografía de Juquila) y Planes de Desarrollo Municipal, autoría de la profesora e investigadora de la UABJO, Ana Luz Soto.

“La cadena de producción de libros es demandante y no termina solo con la impresión del libro.”

Asegura Lugos, puntualizando que la otra gran exigencia del libro es que se distribuya y llegue a los lectores. “Que beneficie a las editoriales y a los autores, y eso solo se logra con la venta.”

“Haciendo visible el libro y acercándolo a un mayor número de lectores.” Complementa Peña, y comenta que 1450 ha elaborado exhibidores de libros que puedan existir en galerías y en tiendas de artesanías,” donde la gente los tenga a la mano.”

Sus dos impulsores cuentan que 1450 quiere cubrir las ocho regiones del estado, además de que ya trabaja sobre libros electrónicos que se pueden encontrar en Amazon.

Con cuatro libros publicados y tres más en proceso, Peña y Lugos hablan sobre los desafíos que contrae el emprender una editorial verdaderamente independiente.

“El financiamiento para que sea una editorial autosuficiente. Confiamos en que los recursos tienen que salir de la venta de los propios libros.”

Comenta Peña, convencido de que hay que alejarse un poco de las codependencias creativas y monetarias que contraen las becas institucionales. De las cuales, sobre todo en Oaxaca, ganarse una no es sinónimo de que un día efectivamente la vas a cobrar.

“Te limita y te sujeta el que dependas de mecenazgos.” Confirma Cuauhtémoc, mientras Mario diserta sobre el propósito de que 1450 ediciones se convierta en una opción para investigadores y escritores oaxaqueños

“Hay mucha crítica que dice que en Oaxaca no se escribe o no se escribe bien, y esto pasa porque en realidad hay pocas oportunidades para hacerlo.”

“Si tenemos escritores solo de uno o dos libros, salvo que sean prodigios, va a ser muy difícil que haya opciones.”

Remarca Peña, asegurando que la meta de 1450 es convertirse en una editorial que se convierta en una ventana para el resto del país de lo que se hace en Oaxaca.

“Una editorial de cinco o seis títulos no es una editorial. Nuestro firme propósito es que para el próximo año 1450 rebase ya los quince títulos con diferentes temáticas, y que vaya ampliando cada vez más su catálogo.”

Cuauhtémoc Peña sabe, como lo dijo al principio de esta entrevista, que ni él ni Mario Lugos tienen espacio para echarse atrás.

Los cuatros libros editados e impresos por 1450 ediciones se pueden encontrar en las librerías de la Proveedora Escolar, Educal, Grañen- Porrúa y la Jícara