México envuelto en un Segundo Estado paralelo y criminal: Rita Laura Segato

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“Los negocios infinitos, la acumulación de capitales, la existencia de un universo entero que controla la política y las finanzas, son un nuevo golpe a la democracia. Golpe que no viene de militares, sino desde abajo, desde el submundo del dinero y del control de las personas.”

Comentó Rita Laura Segato, profesora de Antropología y Bioética en la Cátedra UNESCO de la Universidad de Brasilia en días pasados, durante la presentación de su libro “Las nuevas formas de la guerra y el cuerpo de las mujeres”

En un escrito antropológico del 2004, realizado a raíz de la experiencia de Segato con el horror y la impunidad que rodeo a los asesinatos sistemáticos de mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde su participación en foro televisivo donde hablaba de los posibles responsables de los homicidios fue cortado en su transmisión, dejando sin señal televisiva a toda una ciudad, con tal de silenciarla, la antropóloga 2comenzó a escudriñar lo que ella llamó, “el Segundo Estado”.

“¿Qué Estado es ése?, ¿qué liderazgo es ése que produce el efecto de un totalitarismo regional?”

“Es un segundo Estado que necesita de un nombre. Un nombre que sirviera de base para la categoría jurídica capaz de encuadrar en la ley a sus dueños y la red de complicidad que controlan. Los feminicidios de Ciudad Juárez no son crímenes comunes de género sino crímenes corporativos y, más específicamente, son crímenes de segundo Estado, de Estado paralelo.”

Escribió Segato hace once años sobre un concepto que hoy ha quedado completamente en relevancia con la escalada territorial de un Crimen Organizado, cuyo última “proeza”, sucedió el pasado fin de semana, con el cerco y enfrentamiento contra el ejército y fuerzas federales, por la disputa de la no captura de los líderes principales del cartel Nueva Generación .

El cual abarcó tres estados y sobre todo el asedio y bloqueo a una de las principales y más históricas ciudades del país, Guadalajara.

Con el resultado de la primer aeronave militar inhabilitada por el narcotráfico en la historia, con casi 30 policías y militares muertos, con una fuerza coordinada de al menos 250 sicarios provistos de armas y entrenamiento para ir a una guerra, y con los líderes narcotraficantes libres, y sin duda, mucho más poderosos.

“Después de Ayotzinapa (y los 43 normalistas que conocieron una desaparición forzada) hubo en cambio de ver México por parte de los mismos mexicanos.”

Comentó la teórica argentina, contando que fueron investigadores mexicanos los que le dijeron que “tenía razón” con su concepto de Segundo Estado, aduciendo también el reconocer un cobro de conciencia entre la mayor parte de la población de este país, que hoy, menos de un año después de la matanza de Ayotzinapa, según ella, amenaza con desaparecer.

“Hay que sostenerse en eso y no disminuir lo que yo llamó, disminuir la disonancia cognitiva, donde el ser humano necesita pensar que la vida es previsible, que tu no me vas a faltar, que yo no te voy a faltar.”

“Cuando sucede algo como lo que sucedió en Ayotzinapa, el dolor de entender que la realidad es del todo arbitraria, nos enloquece, ¿y qué pasa?”

“Pasa que por algunos meses viene un cobro de conciencia, seguido por una restauración en la fe en la capacidad del Estado, porque simplemente resulta demasiado doloroso saber que uno vive en un mundo donde las fuerzas brutas y brutales mandan.”

Segato, quien trabajo en programas sociales con mujeres indígenas brasileñas durante mas de una década, señaló que la fe estatal es la primera característica de la elite que maneja un país, ya exista esta en Brasil, México, Argentina, o cualquier lugar.

“Donde sea, la elite dice que la ley lo resuelve todo, y lo dicen porque las elites tienen las manijas fraudulentas de los estados.”

En referencia a su libro ensayístico presentado, Segato también señaló de que las mujeres siempre han sido consideradas “como botín de guerra.”

“El cuerpo de la mujer como expresión de la posesión, de secuestrarla durante una cantidad de días y luego tirarla en un baldío con marcas de crueldad y violaciones multitudinarias.”

“Visto el cuerpo de una mujer como un territorio donde se expresa la capacidad soberana de una corporación mafiosa.”

La autora consideró que la Mafia no es otra cosa que una réplica de la hermandad masculina, que exige de sus miembros la capacidad de ser crueles. “El hombre tiene que ser capaz de exhibir que siente menos.”

“Trabaja eso a un nivel de entendimiento y lo lleva a un nivel de pacto con fines económicos, a un nivel de apropiación y aculturación.”

Rita también consideró que a partir de la guerra de los Balcanes, se deja de buscar más la apropiación del cuerpo de las mujeres como territorio, sino se enfoca todo entonces a su destrucción a partir de violaciones multitudinarias con fines de exterminio étnico.

“Lo vemos en Colombia, en Nicaragua, en Guatemala, en Ciudad Juárez.”