Oaxaca también celebró en su fuente

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El silbatazo final marcó el momento de la celebración. México está en los Octavos de Final del Mundial Brasil 2014.

Fueron noventa minutos de angustia, de vivir “al filo de la navaja” el seguir con vida en la justa mundialista o regresar a casa con el fracaso de no haber superado la fase de grupos.

En Oaxaca desde una hora antes del inicio del encuentro ya se vivían momentos de inquietud, los principales restaurantes y centros botaneros ya recibían comensales, algunos previsores apartaron el mejor lugar para disfrutar del tercer encuentro de la Selección Nacional.

El suspiro, el grito de angustia salía en cada jugada o acercamiento de uno o de otro de los equipos. Los momentos de silencio se prolongaban hasta que por fin 72 minutos después de iniciado el encuentro las gargantas se reventaron con el grito de ¡gooooooooool..! México se pone adelante y el fantasma de la posible eliminación se desvanece.

Rafael Márquez en ese momento se convierte en el centro del comentario, del alago y porque no, hasta del héroe nacional. La porra y los vivas se escuchan en cada uno de los centros de reunión.

Nuevamente la euforia, ahora, Andrés Guardado aparece en escena y dobla al guardameta adversario para ratificar el pase a los octavos de final de México, una vez más miles de gargantas corean el gooooooooool.

Diez minutos más adelante, caería una tercera anotación que lleva al éxtasis a los aficionados y seguidores de la selección nacional, el momento es irrepetible, México “amarró” el pase a la siguiente ronda y en Oaxaca, como en muchas otras partes del país, comenzó el festejo.

Un gol en contra no borra la sonrisa ni la satisfacción de haber visto triunfar al equipo de todos. Por las calles de la Verde Antequera se comenzaron a escuchar los cláxones de vehículos automotores que celebran.

Los gritos de “¡México! ¡México! ¡México!” comienza a caminar rumbo al principal lugar de festejo de los oaxaqueños, la fuente de la Ocho Regiones.

No son muchos, pero si un importante número de aficionados que se concentran para celebrar el triunfo de México sobre Croacia. Las esfinges del Danzante de la Pluma, de la mujer Istmeña, de la Cañada, de la Sierra, son testigos de esta celebración que se espera repetir cuando el equipo nacional enfrente a su siguiente rival, Holanda.