La pasividad de la LXII Legislatura tendrá un alto costo para la ciudadanía. Legislar al vapor provoca caos e incertidumbre, y esa parece ser la apuesta de los diputados que no se les ve prisa por impulsar la reforma electoral que integre y homogenice la ley local con las disposiciones federales. ¿O será que no se dan a conocer los proyectos hasta tener los amarres necesarios? ¿A que hora saltará la liebre?
