El niño sirio que ayer conmocionó al mundo al cruzar el desierto para huir de la guerra civil en su país, en realidad nunca estuvo solo, aunque la historia no deja de ser conmovedora.
El pequeño Marwan, de 4 años, formaba parte de un contingente de decenas de personas que atravesaron el arenal fronterizo entre Siria y Jordania, para buscar refugio, informa este martes la edición electrónica del diario estadunidense The Washington Post.
El lunes, el funcionario de la ONU Andrew Harper, que encabeza el equipo de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) en la región, subió a la red social Twitter la fotografía de Marwan cargando, en solitario, una bolsa de plástico en medio del desierto.
Tiempo después, Harper aclaró, con la divulgación de otra imagen, que el infante ya se había reunido con su familia.
Con miles de personas huyendo a diario de la guerra en Siria, no es inusual que algunos niños queden distanciados momentáneamente de su familia, en medio del caos de los cruces fronterizos, precisó el funcionario de la ONU.
De acuerdo con la Unicef, más de mil niños sirios refugiados en Jordania están solos y más de un millón han sido forzados a abandonar sus hogares en medio de los combates.
