Motociclistas concentran 48.6% de muertes viales en CDMX

0
2339

Por Federico Cerutti

Durante el primer trimestre de 2025, el 81% de víctimas mortales en accidentes de tránsito fueron hombres, principalmente entre 18 y 45 años.

Los accidentes de tránsito se han convertido en una de las principales preocupaciones de salud pública en el mundo. Cada 23 segundos muere una persona en algún lugar del planeta debido a un siniestro vial, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. A nivel global, las cifras son alarmantes, ya que cerca de 1.3 millones de personas pierden la vida cada año en hechos de tránsito, lo que lo convierte en la principal causa de muerte de niños y jóvenes entre los 15 y 29 años. México no escapa de esta realidad, pues los percances en calles y carreteras forman parte de la rutina de las ciudades y dejan a su paso un saldo constante de víctimas fatales, lesionados y familias afectadas.

En el país, los accidentes viales han mantenido una tendencia elevada en los últimos años. Se estima que anualmente ocurren más de 350 mil siniestros de este tipo, muchos de los cuales terminan con pérdidas humanas o con personas lesionadas de gravedad. Las entidades que concentran la mayor cantidad de casos son la Ciudad de México, Jalisco, Nuevo León y el Estado de México. En estas zonas, la densidad de población, la cantidad de vehículos y las condiciones del tráfico contribuyen a que la siniestralidad sea mayor, lo que ha llevado a las autoridades a emprender campañas de concientización y vigilancia.

Durante 2025, las cifras muestran contrastes entre reducciones y aumentos dependiendo del indicador y la entidad. En la Ciudad de México, la Secretaría de Movilidad reportó 18.932 incidentes viales en el primer trimestre del año, una reducción del 8.3% en comparación con el mismo periodo de 2024. También se registró una disminución del 11% en el número de personas fallecidas, al pasar de 125 a 111 víctimas, aunque en comparación con 2019 el saldo sigue siendo más alto.

Aun así, los motociclistas encabezaron la lista de víctimas mortales en la capital con un 48.6% de los decesos, seguidos por los peatones con 29.7%. Conductores, pasajeros y ciclistas representaron porcentajes menores, aunque igualmente relevantes para entender la magnitud del problema.

El perfil de las víctimas mortales en la Ciudad de México muestra que el 81% eran hombres y que la mayoría tenía entre 18 y 45 años. Además, el análisis de horarios evidencia que los accidentes fatales ocurrieron con mayor frecuencia los fines de semana, sobre todo en la madrugada, entre la medianoche y las 5:59 de la mañana. Los choques se consolidaron como la causa principal de fallecimientos, superando a los atropellamientos, mientras que los derrapes tuvieron un peso importante, sobre todo entre motociclistas. En cuanto a las vías, los ejes viales y los accesos controlados presentaron las cifras más elevadas de mortalidad.

A pesar de la ligera reducción en las muertes y en el número de lesionados en comparación con 2024, las cifras siguen siendo elevadas si se observan en un marco más amplio. El primer trimestre de 2025 cerró con 8,659 personas lesionadas por hechos de tránsito en la capital, apenas un 5% menos que el año anterior, pero un 65% más en relación con 2019. Casi la mitad de los lesionados fueron motociclistas, lo que confirma el patrón sostenido de vulnerabilidad de quienes utilizan este medio de transporte.

En el Estado de México, el panorama también es preocupante. Durante el primer bimestre de 2025 se reportaron 215 muertes por accidentes viales, siendo Toluca el municipio con mayor incidencia. Cabe recordar que Jalisco cerró el 2024 con 383 decesos en siniestros viales, consolidándose como la segunda entidad con mayor número de muertes en el país. Nuevo León presentó una situación particularmente alarmante con más de 70.000 casos en 2024, la mayoría en la zona metropolitana de Monterrey. Michoacán, con 295 muertes registradas el mismo año, y la Ciudad de México, con 290, también figuran entre las entidades con los índices más altos.

Dentro de las tipologías de accidentes, los datos del primer bimestre de 2025 en municipios como Irapuato reflejan que las colisiones con objetos fijos representaron el 33% de los siniestros, mientras que los virajes bruscos ocasionaron el 35%. En la capital del país, los atropellamientos mantienen su peso como causa frecuente de muertes, aunque los choques se han colocado a la cabeza.

Además, los accidentes derivados del consumo de alcohol siguen siendo uno de los factores más persistentes. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) estima que en México ocurren diariamente alrededor de 47 siniestros relacionados con el alcohol, cifra que representa el 8% del total nacional.

Las causas detrás de los accidentes son diversas, pero las más recurrentes se relacionan con la conducta humana. El exceso de velocidad, la distracción por uso del celular y la conducción en estado de ebriedad son los factores más comunes. A estos se suman las fallas mecánicas por falta de mantenimiento de los vehículos y la imprudencia peatonal, como cruzar en lugares indebidos o caminar distraídos con el celular. Cada uno de estos comportamientos incrementa el riesgo y contribuye a que las cifras se mantengan altas.

Las consecuencias de los accidentes no se limitan a lo físico. Además de las muertes y lesiones, existe un costo económico y social elevado. Los gastos en hospitalización, rehabilitación y reparación de daños materiales son significativos, y los servicios de salud y emergencia enfrentan una presión constante para atender la gran cantidad de víctimas. En el plano personal, muchas de las personas afectadas quedan con secuelas físicas o emocionales que repercuten de manera directa en su calidad de vida, sumado a los problemas financieros ya que en muchos casos las personas acuden a préstamos y toman deuda para reponer o arreglar el vehículo.

Frente a este panorama, las autoridades han buscado endurecer las medidas de prevención. En el Congreso local de la Ciudad de México, legisladores han planteado elevar las penas por homicidio y lesiones en casos donde los conductores responsables se encuentren bajo los efectos del alcohol o drogas. También se discute la posibilidad de prohibir la publicidad de bebidas alcohólicas en espacios cercanos a escuelas, hospitales y áreas públicas. Paralelamente, continúan las campañas de educación vial que promueven el respeto a las señales, el uso del cinturón de seguridad y la importancia de no manejar bajo los efectos de sustancias.

Si bien los datos del primer trimestre de 2025 indican una ligera disminución en algunos indicadores, la magnitud del problema revela que los accidentes de tránsito continúan siendo un reto de gran dimensión para México. La reducción de la siniestralidad depende en gran medida de la responsabilidad individual de conductores y peatones, pero también de la capacidad institucional para mantener campañas de prevención, infraestructura segura, un marco legal que sancione con firmeza las conductas de riesgo y el acceso a seguros de auto que protejan a las personas ante posibles siniestros.

México avanza en protección infantil en las vías

La seguridad vial infantil en México dio un paso trascendental con el anuncio de la creación de una Norma Oficial Mexicana (NOM) enfocada en los sistemas de retención infantil (SRI). Esta medida busca disminuir de manera considerable las muertes y lesiones derivadas de accidentes de tránsito, uno de los principales riesgos a los que se enfrentan niñas y niños en el país.

Hasta ahora, México carecía de una regulación clara sobre la calidad y el uso de las sillas de retención infantil, lo que generaba un vacío que comprometía la seguridad de miles de menores. Con esta nueva NOM, se pretende cerrar esa brecha y establecer estándares mínimos que garanticen que los dispositivos comercializados cumplan con pruebas de seguridad reconocidas a nivel internacional.

La norma establecerá especificaciones técnicas obligatorias para fabricantes e importadores, además de lineamientos sobre instalación y uso. Esto significa que ningún sistema podrá venderse si no cuenta con certificación válida y verificable. Asimismo, se prevé el impulso de campañas de sensibilización para madres, padres y cuidadores, con el objetivo de fomentar el uso correcto de estos dispositivos desde los primeros meses de vida.

Organizaciones civiles como El Poder del Consumidor celebraron el anuncio, al considerar que México se alinea con más de 80 países que ya cuentan con regulaciones estrictas en la materia. Y es que estudios internacionales han demostrado que los SRI reducen hasta en un 80 % el riesgo de muerte en caso de colisión, además de disminuir lesiones graves en cabeza, cuello y tórax. La expectativa es que esta norma eleve la calidad de los productos disponibles en el mercado, brindando mayor confianza a los consumidores.

Un análisis reciente realizado por El Poder del Consumidor y México Unido Libre de Lesiones Infantiles revisó 303 modelos de SRI disponibles en línea en el mercado mexicano. Los resultados fueron alarmantes: 16 % carecían por completo de certificación y, en el resto, la validez de las acreditaciones era dudosa o imposible de verificar. Con la NOM, estos dispositivos inseguros quedarán fuera del mercado, cerrando la puerta a prácticas que ponían en riesgo la integridad de los menores.

Este esfuerzo, en el que participan la Secretaría de Economía, la Secretaría de Salud y la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, refuerza el compromiso del país con la Agenda 2030 y la Década de Acción para la Seguridad Vial de la ONU, cuyo objetivo es reducir a la mitad las muertes por accidentes de tránsito en el mundo.