Con pasado en el PRD, Morena y muy fugaz en el PUP, el líder de comerciantes ambulantes ingresó al tricolor como cabeza del Comité Municipal; el PRI (@PRIOaxaca_ ) apuesta por reciclaje político en medio de su crisis de representación
En una jugada que ha despertado críticas dentro y fuera de la militancia priista, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) nombró a Hugo Jarquín como presidente del comité municipal en Oaxaca de Juárez, pese a su notorio historial de saltos partidistas y su papel como líder de comerciantes ambulantes en la capital.
La toma de protesta fue encabezada por la dirigente estatal del PRI, María del Carmen Ricárdez Vela (@CarmelitaRicdzV ), bajo el lema de “unidad y rumbo firme”, aunque para muchos observadores se trata de una señal más del deterioro institucional del partido, que ahora recurre a figuras con amplio desgaste político.
También nombraron a Rebeca Cervantes, como delegada priista en la capital.
La trayectoria de Hugo Jarquín, sin embargo, está lejos de representar continuidad ideológica con el PRI.
Exdiputado federal por el PRD, renunció a ese partido en 2013 y posteriormente buscó cobijo político en Morena y el Partido Unidad Popular (PUP), con intentos fallidos de postulación a la presidencia municipal de Oaxaca.
En 2024, reapareció como aspirante del propio PRI, partido al que ahora vuelve como dirigente municipal.
Además de su paso por distintos partidos, Jarquín ha sido un actor clave en el comercio informal de la capital oaxaqueña, donde durante años ha operado como dirigente de organizaciones de comerciantes ambulantes.
Su nombre ha sido ligado a pactos políticos en el espacio público, con fuerte presencia en elecciones y negociaciones con gobiernos en turno.
Para voces críticas dentro del priismo, su designación evidencia la falta de cuadros nuevos y la urgencia del tricolor por mantenerse visible, aún a costa de ceder el control territorial a personajes con trayectoria errática.
“El PRI no se está renovando, está reciclando”, comentó un priista del comité estatal que pidió el anonimato.
De cara a futuras elecciones, la apuesta del PRI por viejos operadores políticos podría ser una jugada de último recurso. Pero también plantea una pregunta de fondo: ¿qué tanto capital político queda por recuperar en una ciudad donde el tricolor ha perdido casi todo?




















