Uno de cada cuatro oaxaqueños padece hambre en la pandemia

0
262

Revista Mujeres

(Nuestro más sentido pésame a las familias Méndez León y Méndez García, especialmente a Rosa Silvia Garcia Pineda, presidenta de Mujeres Navegando en el Tiempo, y a sus hijas, Cocoy, Dulce, Verónica y Ana Rosa, por la muerte de Gloria Guadalupe Méndez León. Abrazo fraterno. QDEP)

Uno de cada cuatro mexicanos padecía hambre hace nueve meses antes de declararse la emergencia sanitaria por la pandemia global del coronavirus SARS-CoV-2-COVID-19 el 31 de marzo.

México inició la pandemia con más de 60 millones de pobres que demandan auxilio por la falta de comida en sus hogares durante la emergencia. La actual ayuda de las autoridades no es suficiente.


Pero lo que no tiene nombre y es verdaderamente un crimen de lesa humanidad, es que una tercera parte de los alimentos que se producen en nuestro país literalmente se tira diariamente a la basura.


Antes de la pandemia había alimento suficiente para todos y si se hubiera rescatado la mitad de lo que se produce viviríamos en un país sin hambre ni desnutrición ni enfermedades de la pobreza.

Se estima que en México a diario se tiran a la basura 30 mil toneladas de alimentos susceptibles de consumo humano y en el estado de Oaxaca alrededor de 400 toneladas. ¡Imagínese, qué crimen!
Hoy, por el agravamiento de la crisis de salud, económica y laboral, con más de 12 millones de desempleados y sus familias, estos datos duros se han incrementado y rebasado la terca realidad.


Aparejada a la crisis sanitaria se recrudecerá la hambruna por la crisis económica y la creciente ola de suicidios, que agravarán el exterminio de mexicanos y oaxaqueños postpandemia COVID-19.

A la hambruna que traerá consigo la crisis en salud, económica y laboral, se sumará una ola de suicidios por la angustia y desesperación de miles de personas sin dinero para alimentar a su familia.


El impacto de la pandemia seguirá siendo brutal al mantenerse Oaxaca en color amarillo del termómetro epidemiológico, con todas las graves consecuencias que ello trae consigo en pobreza.

Gerardo Gómez Tort, Presidente del Banco de Alimentos de Oaxaca, y la Directora Dulce Aragón, fueron entrevistados en el programa de televisión Detrás de la Noticia por Regeneración Pluralidad.


Desde 1995, 60 Bancos de Alimentos de México, la segunda red más grande del mundo, entre los que destaca el de Oaxaca por su eficiencia, coadyuvan ciudadanamente a garantizar la paz social.


El BAO cuenta con un Padrón de Afiliados de alrededor de 2 mil familias mensuales, diez mil oaxaqueños, quienes reciben una despensa semanal con una cuota de recuperación de 110 pesos.

Durante los últimos 15 años de los 25 de fundado, el BAO ha sido totalmente autofinanciable y autosostenible, gracias a la genial administración de don Gerardo Gómez Tort como Presidente.


La despensa contiene entre ocho y nueve kilos de productos básicos, según su existencia que varía semanalmente, que en el mercado costaría 240 pesos o más, y reciben una dotación de fruta y pan.


El Banco amplió los grupos de apoyo de 26 a 45, porque la gente ha visto disminuido su ingreso y en algunos casos, incluso, su calidad de vida, al quedarse sin empleo y acuden al BAO por alimentos.


El BAO subsiste de los donativos de productos de empresas de los estados industrializados localizados en el Centro de la República, principalmente la Ciudad y Estado de México y Querétaro.

Gómez Tort afirmó que el BAO es una asociación totalmente transparente.

Siempre tiene abiertas sus puertas para informar con claridad a los donadores el destino final de los alimentos que donan.


Dulce Aragón lamentó que de las 20 toneladas diarias que se tiran a la basura en la Central de Abasto de la capital oaxaqueña sólo reciben el 3 por ciento de donaciones de los bodegueros y locatarios.


“Tirar alimentos perecederos es un grave problema de salud pública por contaminación ambiental y de los mantos freáticos, pero no hay cultura de la donación en los empresarios y comerciantes”.

Al tirar alimentos a la basura desperdiciamos todos los recursos invertidos, agua, horas-hombre, y no reducimos la huella ecológica al generar focos de infección por la proliferación de fauna nociva.


Además, se pierde la oportunidad fiscal de reducir impuestos, mediante un recibo deducible de impuestos e incorporarnos al comercio socialmente responsable y apoyar a los que menos tienen.


Los Bancos de Alimentos del país rescatan el 2% del alimento que se desperdicia y que representa 120 mil toneladas al año con las que se beneficia a más de un millón 100 mil habitantes del país.


Los Bancos de Alimentos rescatan el producto que no van a vender cuatro mil empresas agrícolas, productoras y comercializadoras del país, y que es cien por ciento apto para el consumo humano.


Las empresas se suman a este esfuerzo a cambio de importantes beneficios fiscales, reducen costos de inventario y destrucción, y eliminan importantes fuentes de contaminación al medio ambiente.


El BAO no recibe ningún tipo de subsidio de ninguna autoridad gubernamental ni de la red nacional, a la que se paga afiliación, una cuota por todos los donativos que se reciben y el derecho de marca.


Importante es ser conscientes que Oaxaca es un estado pobre y que alrededor de la capital hay colonias en pobreza alimentaria igual que muchas comunidades a media hora de distancia de ésta.


Es un cliché que Oaxaca es pobre y que la gente necesita todo, cuya realidad es muy diferente, pero a veces estamos tan acostumbrados a vivir en la pobreza que dejamos de verla y somos indiferentes.