Trump arremete contra México y los medios, sus enemigos favoritos

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La Jornada.

Ciudad de México. El presidente Donald Trump retomó al ataque contra un par de sus enemigos favoritos, los mexicanos y los medios, interrumpiendo así, por un lado, una breve luna de miel con Mexico después de las elecciones, y por otro, respondiendo a la petición de defensores internacionales de libertad de expresión de desistir de sus ataques contra los medios.

En un mitin politico en Pensilvania la noche del jueves para supuestamente apoyar a un candidato local, en medio de su usual discurso sobre la urgencia de políticas férreas para el control migratorio, Trump le preguntó a sus fanáticos si recordaban lo que había dicho al inicio de su campaña electoral sobre los inmigrantes mexicanos. “Están enviando, y dije palabras – ni las mencionare aquí esta noche porque hay jóvenes aquí – pero dije palabras y todos pensaron que era maravilloso. Y unos dos días después la gente decía, ‘¿él dijo esto, él dijo eso?’ ¿Y adivinen qué? Lo que dijo no era nada (peanuts) comparado a lo que resulta ser la verdad”.

Las palabras a las que se refería son las que primero uso en el 2015 en el arranque de su campaña, donde Trump declaró que “Mexico nos envía a su gente, no están enviando lo mejor…. están trayendo drogas. Están trayendo crimen. Son violadores, y algunos, supongo, son gente buena”.

También regresó a lo de su muro, y elogió a lo que llamó “los guerreros maravillosos” del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE)

Analistas ya han pronosticado que Trump provocará conflicto en la relación bilateral al acercarse los comicios intermedios de noviembre en Estados Unidos, ya que para efectos electorales retomará sus ataques contra los inmigrantes y sus acusaciones de que México, si no es una amenaza, no hace nada para ayudar ni en migración, ni en combate al narco ni en comercio.

Aunque los primeros gestos entre Trump y el virtual presidente electo, Andrés Manuel López Obrador han sido percibidos como augurio de una mejor relación “no estén muy seguros. Estas sutilezas iniciales tapan brechas profundas en prioridades, posiciones y política nacional. Un estallido podría no estar muy lejos”, advirtió Shannon O’Neil, especialista en México y América Latina del Council on Foreign Relations. Agregó que “al aproximarse las elecciones del 2020, Trump de nuevo tendrá la tentación de demonizar a Mexico”.

De hecho, algunos en Wall Street han repetido que en torno a la relación bilateral, les preocupa mucho más Trump que el futuro gobierno de López Obrador justo por la forma en que el mandatario estadunidense ha manejado el tema de México y los inmigrantes para sus fines políticos dentro de este país.

“Horrendos”

Y para los que suponían que Trump haría caso omiso a solicitudes de desistir de sus ataques contra la prensa (ver Rayuela de La Jornada del 3 de agosto), sólo horas después de que los relatores especiales de libertad de prensa de la Organización de Naciones Unidas y de la Comision Interamericana de Derechos Humanos emitieron un comunicado conjunto alertando sobre el peligro de la retórica presidencial contra los medios noticieros, Trump definió a los periodistas como “gente horrible, horrenda”. [http://www.jornada.com.mx/2018/08/03/mundo/026n1mun].

En su discurso ante sus fanáticos la noche del jueves, Trump dio su larga lista de quejas sobre la cobertura por los medios de sus grandes hazañas, desde su elección a las cumbres internacionales recientes. Acusó que los medios de que “pueden hacer que todo sea malo, porque ellos son las noticias falsas, falsas y asquerosas”. Y como suele hacer, una vez más apuntó hacia la sección de prensa en la arena donde se realizaba su mitin politico, y al hablar una vez más de su eleccion, declaró que “incluso esa gente allá atrás, esta gente horrible, horrenda” tendría que aceptar “que nunca ha habido algo como lo que ocurrió en noviembre” – o sea, su triunfo.

Pocos observadores esperan que Trump abandone estas guerras politicas contra dos de sus “enemigos” favoritos ya que le han servido para conquistar la Casa Blanca y consolidar sus bases.