Claudia Galguera
En la mayoría de los proyectos de emprendimiento y negocios, los colaboradores suelen verse como simples ejecutores de tareas. Sin embargo, cuando una empresa incorpora verdaderamente a su equipo como parte integral del proyecto—con participación en los resultados y la toma de decisiones—se abre la puerta a un nivel de compromiso y desempeño mucho mayor. Incluir de forma real a los colaboradores en el negocio no solo es ético, sino un modelo necesario para garantizar estabilidad, crecimiento y propósito compartido. Esto sin duda se pone de manifiesto cuando hay que resistir las tempestades, haciendo frente a los avatares de la vida fortalecidos y unidos en equipo.
Aquí algunas razones que sostienen está visión:
1. El vínculo entre participación y compromiso
La investigación de Gallup (2022) muestra que las organizaciones con mayores niveles de compromiso de empleados superan a sus pares en un 21% de rentabilidad y en un 17% de productividad, se dice fácil, pero es enorme este nivel de crecimiento. Cuando los colaboradores saben que su esfuerzo “suma” directamente —por ejemplo, a través de programas de participación en utilidades o esquemas de propiedad accionaria (ESOPs)—, su motivación y sentido de pertenencia se disparan.
2. Modelos de propiedad compartida: un ejemplo probado
Los Employee Stock Ownership Plans (ESOPs), extendidos en empresas de EE. UU., han demostrado que los trabajadores propietarios tienen un 2.5% más de crecimiento salarial anual y mejores niveles de retención, según el National Center for Employee Ownership (NCEO, 2021). Adaptar un esquema similar—aunque sea a pequeña escala—permite que los colaboradores vean en el éxito de la empresa su propia estabilidad y futuro.
3. Toma de decisiones colaborativa impulsa la innovación
Un estudio de Harvard Business Review (2023) halló que los equipos que participan en la definición de objetivos y estrategias generan un 35% más de ideas innovadoras y soluciones creativas. Cuando los colaboradores sienten que su voz cuenta, no solo ejecutan, sino que aportan mejoras, corrigen errores a tiempo y proponen nuevas líneas de negocio.
4. Seguridad y estabilidad: factor de retención
La OCDE (2022) ha señalado que la sensación de inseguridad laboral es una de las principales causas de rotación en las pymes. Diseñar proyectos donde los colaboradores tengan claridad sobre su crecimiento profesional y una parte proporcional en los beneficios construyendo un colchón de estabilidad. Esto no solo reduce costos de contratación y capacitación, sino que fortalece la cultura organizacional.
5. Construir un propósito común
Más allá de números, los colaboradores necesitan sentir que su trabajo tiene un propósito mayor. Empresas que integran a su equipo en iniciativas de impacto social o en decisiones de inversión comunitaria logran un compromiso con el proyecto hasta un 30% superior, según un informe de McKinsey & Company (2021). Cuando todos participan en proyectos que atienden tanto objetivos financieros como sociales, el sentido de propósito se traduce en lealtad y productividad.
En conclusión, crear proyectos de negocio y emprendimiento con participación real de los colaboradores no es solo una tendencia humana o un acto de justicia social: es una estrategia de rendimiento, innovación y retención. Al ofrecer esquemas de participación en utilidades, propiedad compartida y decisiones colaborativas, las empresas mexicanas pueden cimentar su crecimiento sobre la estabilidad y el compromiso de quienes hacen posible el día a día del proyecto.